El reto viral de defecar en piscinas desespera a numerosos municipios valencianos

Las piscinas públicas de la Comunitat Valenciana afrontan un verano marcado por múltiples cierres por presencia de heces humanas

Este verano, varias piscinas municipales de la Comunitat Valenciana han cerrado temporalmente tras detectar restos fecales en el agua, una ola de incidentes sanitarios vinculada, al menos en parte, a un reto viral difundido en redes sociales. La frecuencia de estos casos ha generado alarma entre autoridades locales y sanitarias por el riesgo que supone para la salud pública y la convivencia colectiva.

En Carcaixent, la piscina municipal fue clausurada después de hallar heces en el agua. El Ayuntamiento abrió una investigación para identificar al responsable, lamentando públicamente el comportamiento incívico que afecta al ocio de la ciudadanía. La localidad de Les Alqueries, en Castellón, sufrió un cierre similar tras detectar la bacteria Escherichia coli en los análisis realizados. El consistorio acordó suspender todas las actividades programadas e incrementar la vigilancia policial como medida preventiva.

 En Picassent, el cierre de la piscina fue inmediato tras la detección de heces, calificando el hecho como un acto de incivismo que requiere vaciar y desinfectar completamente la instalación. Su reapertura se demoró al menos una semana. En Utiel, las piscinas de toboganes del polideportivo municipal cerraron por la mañana tras detectarse restos fecales; sin embargo, volvieron a abrir por la tarde tras completar el protocolo sanitario correspondiente y verificar que el agua estaba en condiciones seguras para el baño.

La localidad de Alaquàs también se ha sumado a la lista. Su piscina municipal tuvo que clausurar el vaso grande debido a excrementos detectados durante la noche. Aunque el vaso infantil permaneció abierto, se reforzaron las labores de vigilancia y se pidió conciencia ciudadana para evitar nuevos actos vandálicos.

 Estos casos no son aislados: municipios como Requena, Canals, Cerdà o Xàtiva, en las comarcas de La Costera y La Ribera Alta, han sufrido cierres similares y han vinculado los incidentes a un reto viral que incita a defecar en las piscinas para grabar y compartirlo en redes sociales. En algunos sitios se activan controles de DNI para identificar responsables y evitar repetición.

 Las autoridades sanitarias advierten del alto riesgo sanitario que suponen estos incidentes: bacterias como E. coli, protozoos como Cryptosporidium o virus pueden propagarse fácilmente en piscinas contaminadas. Una mínima cantidad de materia fecal basta para contaminar todo el vaso, y en verano, cuando miles de personas acuden a estas instalaciones para huir del calor, el impacto puede ser grave, especialmente entre usuarios vulnerables.

 Cada caso activó el protocolo sanitario: evacuación inmediata, filtración intensiva, desinfección con hipercloración o incluso vaciado parcial del vaso, seguimiento de parámetros microbiológicos y autorización municipal previa a la reapertura. Este procedimiento, además de suponer un impacto para los usuarios, genera un coste adicional para los ayuntamientos afectados.

La proliferación de estos incidentes ha llevado a los consistorios valencianos a hacer un llamamiento público para fomentar el civismo y la responsabilidad colectiva. “No es una broma: es un problema de salud pública y convivencia”, han reiterado alcaldes y autoridades locales que, además, contemplan sanciones para los responsables de estos actos incívicos.

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