El misterio de las vacas muertas en las costas valencianas

En apenas un mes se han registrado tres hallazgos de reses en avanzado estado de descomposición flotando en aguas cercanas a las costas de Castellón y Alicante, un fenómeno que las autoridades investigan y que plantea interrogantes sobre su procedencia.

La primera aparición se produjo el pasado 29 de junio en el puerto de Castellón, cuando un socorrista avistó el cuerpo de una vaca flotando junto al muelle, en avanzado estado de descomposición. El hallazgo sorprendió a los vecinos y bañistas que se encontraban en la zona.

A finales de julio, un segundo ejemplar fue localizado en la playa de La Mata, en Torrevieja. Fueron vecinos y turistas quienes dieron la voz de alerta a las autoridades tras divisar el cadáver del animal cerca de la orilla.

El tercer episodio tuvo lugar el 4 de agosto en Altea, frente a la playa de L’Espigó, donde una res en avanzado estado de deterioro apareció a escasos metros de una boya y en pleno núcleo urbano.

En total, tres vacas muertas han sido detectadas en aguas del Mediterráneo en un intervalo de menos de treinta días, un patrón que ha despertado preocupación en el litoral valenciano.

Posibles orígenes bajo investigación

La principal hipótesis que manejan los expertos es que los animales procedan de barcos que transportan ganado vivo. Durante las travesías marítimas, el estrés, enfermedades o accidentes pueden provocar la muerte de ejemplares y, aunque está prohibido y sancionado, se teme que algunos buques opten por arrojar los cuerpos al mar para evitar demoras o trámites.

Otra posibilidad, considerada menos probable, es que las reses hayan fallecido en explotaciones cercanas al litoral o a cursos fluviales y hayan sido arrastradas hasta el mar por crecidas o tormentas. Sin embargo, en las últimas semanas no se han registrado fenómenos meteorológicos de la magnitud necesaria para provocar este tipo de arrastres.

Riesgo sanitario y ambiental

La presencia de cadáveres animales en aguas de baño plantea riesgos sanitarios, medioambientales y de imagen turística. Los restos, además de contaminar, pueden atraer fauna marina y generar rechazo entre residentes y visitantes.

Las autoridades locales y regionales, en colaboración con organismos estatales, han abierto investigaciones para esclarecer el origen de las vacas y prevenir nuevos incidentes. De momento, no se han hecho públicos resultados concluyentes.

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