“Ofrecer a los jóvenes oportunidades reales será clave para que apuesten por el sector forestal”


+ TURIA | Una mirada a la gestión forestal como impulsora del desarrollo rural
En los últimos tiempos se está prestando una atención creciente a la contribución actual y potencial del sector forestal al desarrollo rural. La alta coincidencia de las zonas más forestales con aquellas más afectadas por la despoblación constituye un potente argumento en este sentido. Resulta por tanto prioritario analizar los fundamentos de este vínculo, sus retos y los cambios que se experimentarán en los próximos años.

El sector forestal proporciona empleo, cohesión territorial y servicios ambientales en todas las comunidades donde está presente. Si bien estas contribuciones, por sí solas, ya suponen grandes beneficios para las zonas rurales, el impulso de la bioeconomía abre nuevas y prometedoras oportunidades.
Y es que la bioeconomía, definida por la FAO como la producción basada en el conocimiento y la utilización de recursos biológicos, así como procesos y métodos biológicos para proporcionar bienes y servicios de forma sostenible, conducirá al sector forestal hacia un modelo productivo circular, con el foco puesto en el ámbito energético y el uso de la madera como material de referencia en la construcción sostenible.
En España, el desarrollo de la bioeconomía forestal está contemplada en la Estrategia Española de Bioeconomía - Horizonte 2030 y tiene como objetivo impulsar los procesos y recursos biológicos (tanto materias primas como energía) en todas sus actividades, como son las relacionadas con la obtención y transformación de la madera, el corcho, la resina, la obtención de bioenergía y bioproductos o la producción de papel, entre otras, con el fin de ser más competitivos, eficientes y medioambientalmente más sostenibles.
En este punto entran en escena el factor tecnológico y la innovación, que, si bien tradicionalmente nunca han sido aspectos especialmente característicos del sector forestal, serán claves en los próximos años con un positivo impacto en el entorno. Hablamos, en este sentido, de mejoras en la logística y mecanización de las explotaciones forestales, la utilización de drones y otras tecnologías para inventariar especies y ordenación del territorio o las innovaciones tecnológicas en el uso de la biomasa forestal, entre muchas otras.
Unas mejoras que no solo generarán beneficios medioambientales aumentando la creación de productos de alto valor añadido, cada vez más demandados por la sociedad, sino que dinamizarán las zonas rurales mediante la generación de nuevos empleos y la demanda de nuevos perfiles profesionales, más orientados a las nuevas tecnologías y la innovación. Esto será clave para reforzar el atractivo profesional del sector forestal y el medio rural tan afectado por el abandono rural, acentuado en los últimos años.
Y es que la falta de atractivo entre los más jóvenes de una actividad eminentemente mecánica y tradicional, unido al vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías y la integración del entorno digital en todos los ámbitos de la vida, hacen que las nuevas generaciones busquen otras alternativas más atractivas y con mayor desarrollo personal y profesional. Ofrecerles oportunidades reales será clave para que apuesten por el sector forestal y, en consecuencia, permanezcan en la comunidad rural generando valor y economía a partir de los recursos forestales, que de otro modo corren el riesgo de quedar abandonados y a merced del fuego.
Los avances en bioeconomía también tendrán un efecto positivo sobre el cambio climático. Los bosques son sumideros de carbono y, por consiguiente, cuanto más amplias sean las masas forestales, mayor será su capacidad de absorción de CO2. Una adecuada gestión forestal, planificada y eficiente, nos permitirá avanzar en la lucha contra el cambio climático y en la conservación del medio natural, contribuyendo asimismo de forma clave, como reconocen todos los expertos, a evitar la propagación de los incendios forestales y aumentar la resiliencia de los bosques ante plagas, enfermedades, sequías y perturbaciones. Valorizar todos estos beneficios no solo es una tarea pendiente, sino imprescindible, en nuestra sociedad.
Eduardo Rojas Briales, Profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Decano del Colegio de Ingenieros de Montes

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