Llega la lluvia de estrellas de las Delta Acuáridas

Hasta 25 meteoros por hora cruzarán el cielo este verano en un fenómeno ligado al cometa Machholz / Alcanzará su máximo la madrugada del 1 de agosto

El cielo estival se prepara para recibir uno de sus espectáculos más esperados: las Delta Acuáridas, una lluvia de meteoros que cada año inaugura la temporada de lluvias de estrellas del verano. Aunque menos conocida que las Perseidas, esta lluvia ofrece un flujo constante de meteoros y podrá observarse entre el 12 de julio y el 23 de agosto, con un máximo de actividad la madrugada del 1 de agosto.

Este fenómeno astronómico se produce cuando la Tierra cruza la estela del cometa 96P/Machholz, cuyos fragmentos penetran en la atmósfera a gran velocidad, generando estelas brillantes que surcan el cielo nocturno. En su punto álgido, las Delta Acuáridas pueden llegar a dejar ver hasta 25 meteoros por hora, convirtiéndose en una oportunidad accesible para quienes deseen disfrutar del cielo sin necesidad de telescopios o prismáticos.

Un cielo oscuro y sin nubes, clave para su observación

El radiante —el punto desde el que parecen surgir los meteoros— se sitúa en la constelación de Acuario, visible desde España en dirección sur, a partir de la medianoche. El Observatorio Astronómico Nacional indica que las noches del 30 y 31 de julio y la madrugada del 1 de agosto serán las más adecuadas para observar el fenómeno. Además, la fase lunar será favorable, ya que la Luna estará en cuarto creciente y dejará un cielo más oscuro tras su ocaso.

Para disfrutar plenamente del evento, se recomienda alejarse de zonas urbanas y buscar lugares sin contaminación lumínica, como espacios naturales o zonas rurales. Lo ideal es tumbarse boca arriba, dejar que los ojos se adapten durante al menos 20 minutos a la oscuridad y evitar mirar fuentes de luz directa, incluidas farolas o la propia Luna.

Visibles desde toda España, pero mejor desde el sur

Aunque las Delta Acuáridas son más intensas en el hemisferio sur, desde España también serán perfectamente visibles. Su radiante se eleva progresivamente desde medianoche, y alcanza mayor altura y visibilidad hacia el amanecer. Andalucía, la Comunidad Valenciana o zonas rurales de Castilla-La Mancha o Aragón se perfilan como puntos ideales para la observación, siempre que el cielo esté despejado.

Las condiciones meteorológicas, por tanto, jugarán un papel determinante. Si las nubes respetan la cita, los cielos de España volverán a ser testigo de un espectáculo fugaz, natural y silencioso que recuerda la belleza de mirar hacia arriba en las noches de verano.

 

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