Un juzgado obliga a precintar una mina en Villar del Arzobispo que ignoró hasta en tres ocasiones la orden de cese de actividad
+ TURIA | La mina efectuó una voladura con presencia
de la Guardia Civil siete días antes de la orden judicial de cierre, a pesar de
las repetidas ordenes de cese de actividad
La última voladura
efectuada en la cantera con presencia de la Guardia Civil tuvo lugar el diez de
diciembre, siete días antes de que el Juzgado de lo Penal de Llíria –a través
de la policía autonómica- precediese a la intervención y precintado de la mina,
ignorando hasta tres órdenes judiciales previas de cese de actividad.
Tal como informa elDiario.es, desde la plataforma Ecologistas en Acción de La Serranía aseguran
que la cantera carece de permisos de explotación y que sobre ella pesaban dos
órdenes de cierre por Consellería de Urbanismo.
La primera orden de cese
de actividad se produjo el 27 de febrero de 2017, cuando la Dirección General
de Ordenación del Territorio y Paisaje (DGOTUP) ordenó a la empresa infractora
detener sus trabajos en la mina
Vicentica -en el término municipal de Villar del Arzobispo y próxima al núcleo
de población-. Esta resolución fue recurrida por la empresa, pero el recurso
fue desestimado en mayo del mismo año, momento en el que la DGOTUP reiteró la
orden de cese de actividad. Ya en esa ocasión la empresa fue avisada de que en
caso de no cumplir la orden sería multada.
Durante los meses de
mayo, junio y julio de ese mismo año fueron realizadas hasta tres inspecciones por la policía local
y el SEPRONA, concluyendo todas ellas en que la actividad minera continuaba. El
25 de julio se dictó un nuevo requerimiento de cese de actividad, bajo
advertencia de que, en caso de ser nuevamente desatendido, se procedería al
precinto de la explotación por parte de la policía autonómica.
La empresa minera volvió
a recurrir –en septiembre de 2017- el cese de actividad, pero la solicitud fue
denegada inmediatamente. A finales de ese mismo mes Fiscalía notificó la remisión
de diligencias previas de investigación al Juzgado de Llíria para que iniciase
procedimiento penal, como consecuencia de las posibles infracciones penales
detectadas por la DGOTUP.
Finalmente el juzgado
interpuso una multa coercitiva “ante la persistencia del incumplimiento en la
ejecución de la orden de cese de actividad por parte de la empresa” y volvió a
reiterar a la misma el cese de toda actividad que la empresa de nuevo desoyó.
En ese contexto es cuando el Juzgado de lo Penal de Llíria acabó por incoar
diligencias previas contra la empresa infractora en diciembre de 2017. | LEER NOTICIA COMPLETA
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