El agua como curso de la historia

+ TURIA | La oficina de turismo de Ribarroja del Turia ofrece la visita guiada por la 'Ruta del Agua', patrimonio histórico y social de la localidad
El Ayuntamiento de Ribarroja del Turia, a través de la Oficina de Turismo local, continúa con sus actividades de promoción turística del municipio, apuesta en firme que quiere poner en valor el patrimonio histórico y cultural de esta localidad del Camp de Turia.
De este modo, y aprovechando el puente festivo del 1 de mayo, desde la Tourist-Info de Ribarroja han diseñado diversas propuestas turísticas para todo el fin de semana, que han arrancado en la mañana de hoy con la visita guiada al casco urbano y centro histórico del pueblo.
Bajo el lema 'La Ruta del Agua' una decena de participantes, personas llegadas de Valencia capital, de Castilla-La Mancha e incluso desde Italia, han recorrido de la mano de Rosana Hernández, guía turístico local, los enclaves que han dado vida durante siglos al municipio bajo el prisma de ese patrimonio natural que es el agua, símbolo de vida y movimiento social.
La Cisterna del siglo XVIII
La visita ha arrancado en la antigua cisterna de la localidad, en uso hasta mediados del siglo XX, y sobre cuya cúpula se asienta la oficina de turismo. Se trata de un edificio subterráneo levantado en 1762 por orden del conde de Revillagigedo, frente a la Casa Señorial conocida como 'Castillo'. 
Muy parecida a un aljibe pero abastecida por las aguas de la acequia del Quint, procedente de Vilamarxant, la Cisterna se llenaba en invierno y no se utilizaba hasta el verano, por lo que el agua se consumía filtrada y fresca. Sus dimensiones y capacidad son de unos 25 metros de profundidad, 5 de alto y 5 de ancho, cubicando, al menos, unos 500.000 litros. El lugar además de los datos técnicos conserva inscripciones curiosas en sus muros, como la de la 'gallina', un pájaro dibujado en altura cuyo misterio está aún por resolver.
Los lavaderos municipales
El lavadero del 'Llavaor Vell' es el más antiguo y el único que se conserva hoy en día de los tres que tuvo el municipio. Está situado en la zona más antigua de la población, en la parte posterior del Castillo junto al Barranco de los Moros, donde toma el agua de la acequia del 'Quint'.
Hasta 1956 estuvo sin techo, siendo este año cuando se cubre y se le incorpora una canaleta por todo el interior que recogía el agua sucia y jabonosa para drenarla al exterior.
Con el paso de los años y la aparición de nuevos avances técnicos como la lavadora y la mejora del saneamiento con la construcción del alcantarillado a partir de 1960 , los lavaderos comienzan a caer en desuso, quedando abandonados y deteriorándose a marchas forzadas.
No obstante el 'Llavaor Vell' fue rehabilitado en el año 2010, conservando la estructura y elementos originales.
El Molino del Conde y la Casa del Molinero
La siguiente parada ha sido el molino de don Manuel Alamar, uno de los lugares más espectaculares de esta Ruta del Agua.
Históricamente Ribarroja ha tenido cuatro molinos harineros y uno arrocero.  Uno de cada categoría estuvo situado en el mismo edificio que actualmente ocupa el molino de la calle Cisterna, movidos ambos por la fuerza del agua que arrastraba la acequia del Quint construida para tal uso en 1401 gracias al pacto con el señor de Villamarchante, desde donde parten las aguas.
El molino arrocero dejaría probablemente de funcionar en 1765 cuando se suprimió por Real Decreto el cultivo en la zona a causa de los perjuicios sanitarios evidenciados por el cura don Julián Tresi.
El molino ha sufrido reformas a lo largo de los siglos pero aún conserva su maquinaria en el corazón del edificio. En 1948 Manuel Alamar Mocholí convierte la era situada junto al Molino en la vivienda del molinero. El primer piso de esta vivienda se ha convertido en sala de exposiciones donde el Ayuntamiento proyecta diversas muestras artísticas. 
El segundo piso, habitualmente cerrado al público, es una auténtica joya detenida en el tiempo. Almacenes, sala de contadurías, la antigua cocina, sala de estar, dormitorios… una imagen fija que remota a décadas atrás, en una extraña fusión de elementos antiguos y modernos, que hablan del momento del despegue de las tecnologías actuales. Frigorífico, aspirador, cocina, televisión, mobiliario, brasero, revistas de los años 40 y 50… una muestra de la clase alta de aquellos tiempos en las que se podía atisbar las comodidades que estaban por venir y que en aquel momento eran coto cerrado de las gentes acomodadas. Además de la casa del molinero, los participantes de la visita pudieron visitar parte de las entrañas del viejo molino, así como el paso de la acequia hacia su interior, finalizando con el ascenso a la terraza, con inmejorables vistas al río Turia.
El Castillo de Ribarroja
Aunque no forme parte de la Ruta del Agua como tal, es inevitable una visita, aunque sea rápida, al remozado Castillo de Ribarroja del Turia, centro de aguas y miradas, y emblema de la historia del municipio.
El castillo y murallas de Ribarroja del Turia forman un bien de interés cultural que se encuentra en la calle de la Cisterna y plaza Eusebio Benedito
Se trata de una construcción de gran volumen formada por la yuxtaposición de diferentes edificaciones. Ello le confiere una gran complejidad de planta. Está realizada en mampostería y fábrica de ladrillo y tapial. Se compone de dos cuerpos diferenciados, principal y caballerizas, conectados por un patio interior.
El cuerpo principal, adyacente a las calles Benedito y Cisterna posee cuatro alturas con diversas estancias y departamentos. Se accede por la planta baja y por la primera planta desde el patio, en este último caso ascendiendo por el terreno natural o desde la calle Benedito por un acceso secundario. La parte inferior no se encuentra comunicada con el resto de las plantas.
Las caballerizas sin un edificio longitudinal, independiente del principal y que se encuentra al otro lado del patio. Tiene dos plantas, conectadas por una escalera situada en el centro. Destacan las ventanas geminadas de estilo gótico tardío y algún arco interior carpanel de tres centros. Los sucesivos acondicionamientos del edificio han deformado la imagen de palacio al haber sido utilizado como almacén durante los años previos a su adquisición por el Ayuntamiento.
Durante la visita los participantes han podido contemplar parte de las instalaciones (las cuales son utilizadas en la actualidad como sala de exposiciones y para el nuevo museo local, el Museo Visigodo del Pla de Nadal), con la visita al interior de la torre o a las antiguas mazmorras. Parada también en la impresionante Sala Noble, salón multiusos en la actualidad donde se realizan diversos eventos, como conciertos o actos públicos, cuyos muros están adornados con antiguos 'graffitis', inscripciones de diversas épocas, algunas ilegibles, otras de clara caligrafía, que dejan una impronta imborrable no solo en las paredes sino en los asombrados visitantes.
La Capilla del Asilo-Convento de la Sagrada Familia
El Asilo-Convento de la Sagrada Familia fue creado en 1834, junto al cual, en 1896, se levantó una capilla para uso familiar. El matrimonio formado por don Fernando María Pastor y Marqués y doña Filomena Garelly y Valier, que no tuvieron descendencia, decidieron donar el palacio para convertirlo en asilo y colegio para los niños necesitados.
La capilla, espectacular de estilo neo-gótico, es un templo de una sola nave con bóvedas nervadas y coro. Coqueta y hermosa, se desconoce su arquitecto. Bajo la misma aún se conserva la cripta con los restos de los fundadores.
Momento de emoción cuando una de las participantes de la visita, oriunda de Ribarroja, contó sus recuerdos de niñez en este mismo lugar. "En 1996, siendo unos críos, vinimos aquí para preparar la procesión. Esta capilla estaba destrozada y se caía a pedazos. No existía altar, ni cruz, ni ventanas. Cual fue nuestra sorpresa cuando al bajar a la cripta nos encontramos con un lugar profanado. Incluso las calaveras de los difuntos habían sacada de sus tumbas y esparcidas por el lugar. Fue una imagen que nunca olvidaré".
Por suerte, en la actualidad el asilo es el Centro de Día de la localidad, y la capilla ha sido restaurada para las visitas.
El agua como curso de la historia
La Ruta del Agua se puede completar con la visita al Puente Viejo o Puente del Conde, sobre el río Turia, el matadero, el puente de la Acequia o el Acueducto Romano. Infraestructuras que durante siglos dieron la vida a los vecinos del municipio y que hoy día mantienen su posición privilegiada como elementos históricos para entender el devenir de los tiempos en Ribarroja del Turia.


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