Hispania Nostra incluye la Bodega Mompó de Utiel en su Lista Roja
El emblemático edificio vinícola, ejemplo único de arquitectura industrial ligada a la historia del vino valenciano, podría ser destruido por falta de protección legal
La
Bodega Mompó de Utiel, uno de los inmuebles más representativos del histórico
Barrio de las Bodegas, ha sido incluida en la Lista Roja del patrimonio de
Hispania Nostra debido al riesgo real de demolición para construir bloques de
viviendas. Este edificio, que conserva una arquitectura singular de estilo
modernista y art decó, representa un legado único de la tradición vitivinícola
valenciana.
Construida a partir de 1900 y reformada en 1943 por el prestigioso
arquitecto Luis Gay Ramos, la bodega fue un pilar de la saga de los Mompó, una
de las familias más influyentes en la exportación de vino durante la llamada
“edad de oro” del vino en Utiel, cuando la ciudad era conocida como la Bodega de España.
Arquitectura
con identidad
La bodega destaca por su
configuración en torno a un patio
empedrado, con dos torres flanqueando la entrada que ejercían
funciones de despacho y laboratorio. El acceso se realiza por una gran puerta
coronada con la inscripción “Bodega de Luis Mompó”, y en su interior se
combinan espacios diáfanos, desniveles funcionales para el trasegado del vino y
detalles de estilo art decó y
modernista que le otorgan personalidad sin renunciar a la
funcionalidad industrial.
Aunque el edificio ha soportado
bien el paso del tiempo, el abandono y la falta de uso durante las últimas
décadas han generado filtraciones,
desplomes parciales en zonas como la de los descargaderos y una vegetación
descontrolada en el patio.
Sin
protección y con riesgo inminente
Pese a su valor arquitectónico,
histórico y paisajístico, la Bodega Mompó no
cuenta con ningún tipo de protección legal, lo que la deja
completamente expuesta a decisiones urbanísticas que podrían suponer su
desaparición. Hispania Nostra alerta de que se trata de uno de los últimos ejemplos supervivientes de bodega-cocedero
en la región, y que su demolición supondría una pérdida irreparable del
patrimonio vitivinícola.
Desde el colectivo patrimonial se
hace un llamamiento urgente a las administraciones públicas para que activen
mecanismos de protección y preservación, y para que no se repita la destrucción
sistemática de un legado que definió una época y una identidad territorial.
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