Las Islas Columbretes, basurero marino de microplásticos
Un estudio liderado por el CSIC revela concentraciones excepcionalmente altas de microplásticos y micropartículas de caucho en los sedimentos donde habita el coral Cladocora caespitosa, especie en peligro endémica del Mediterráneo
Las Islas
Columbretes, una reserva marina situada a 60 kilómetros de la costa de
Castellón, registran concentraciones de microplásticos «excepcionalmente altas»
en sus sedimentos, según revela un estudio internacional liderado por el
Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS-CSIC). El trabajo, publicado en
la revista Marine Pollution Bulletin, ha encontrado hasta 6.345 partículas por kilo de sedimento seco en las
colonias del coral Cladocora caespitosa,
una especie en peligro y exclusiva del Mediterráneo.
Este coral,
único en la región con capacidad para formar arrecifes comparables a los de
mares tropicales, está sometido a un estrés cada vez mayor por el calentamiento
del mar. Ahora, a las amenazas del cambio climático se suma la contaminación
invisible de los plásticos.
Un ecosistema atrapado por su propia morfología
El estudio,
realizado por investigadores del IATS-CSIC en colaboración con el Instituto de
Geociencias de la Universidad de Kiel y el Helmholtz-Zentrum Hereon de
Alemania, ha analizado muestras en cinco puntos del archipiélago. En todas
ellas se han detectado microplásticos, pero con especial intensidad en el
interior de las colonias coralinas. Según Diego Kersting, investigador del
CSIC, estas estructuras actúan como «trampas» para los residuos plásticos,
especialmente por la forma en C de la bahía de la Illa Grossa, que favorece su
acumulación.
En promedio,
se han hallado 1.514 partículas por kilo de
sedimento, una cifra muy por encima del umbral de 540
partículas donde ya se han documentado efectos adversos para la vida marina.
Esta media multiplica por mucho los niveles detectados en otros puntos del
Mediterráneo, como el archipiélago de Cabrera en Baleares.
Contaminación de origen terrestre y alcance global
La mayoría de
las partículas detectadas (entre el 80 y el 90%) son microplásticos derivados de
la descomposición de residuos flotantes que llegan arrastrados por las
corrientes del Norte y Noreste. Otras, como el microrubber —fragmentos de
caucho procedentes del desgaste de neumáticos—, provienen del continente y
acceden al mar a través de los ríos. El 80% de los plásticos que alcanzan los
océanos tienen origen terrestre.
«Este es un
buen ejemplo de la globalización de la contaminación», ha afirmado Kersting.
Incluso en un entorno tan protegido como Columbretes, la presión de los
residuos plásticos se hace evidente, poniendo en entredicho la eficacia de la
protección local frente a amenazas globales.
Un coral en peligro bajo el foco del CSIC
El coral Cladocora caespitosa no solo sufre la presión de los
plásticos, sino también del cambio climático. El equipo del CSIC, que utiliza
las Islas Columbretes como laboratorio natural, ha documentado cómo el aumento
de la temperatura del mar reduce el crecimiento del coral y puede provocar su
muerte. Ahora, se abre una nueva línea de investigación para determinar cómo le
afectan estos residuos plásticos. «Harían falta estudios específicos en
acuarios», señala Kersting, quien recuerda que estos corales incorporan incluso
cenizas de combustibles fósiles a sus esqueletos.
Como medidas
urgentes, los investigadores proponen prohibir los
plásticos de un solo uso, mejorar el tratamiento de aguas residuales y fomentar
el reciclaje responsable, conscientes de que el futuro de estos
ecosistemas no solo depende de su protección local, sino de un cambio global.
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