Titaguas disfruta de unas Fiestas Gordas que quedarán para la historia
En esta celebración, marcada cada siete años en el calendario, se ha podido disfrutar de un día más de fiestas así como de la representación de la Mojiganga y las Danzas en Honor a la patrona.
Las fiestas de verano en los pueblos de la Serranía
traen siempre consigo un aire especial, aire de reencuentros, de sencillez, de
familia y hermandad, de comidas en la plaza, noches a la fresca y música de
banda y de verbena. En Titaguas además, se han acostumbrado a medir los años de
siete en siete, y con la celebración de las fiestas gordas, por todo el pueblo
se puede respirar cultura y tradición.
En estas Fiestas, habitantes y foráneos han podido
disfrutar de diferentes actividades para todas las edades y es que, desde que
iniciaron las fiestas el Martes 29 con el tradicional volteo, hasta el esperado
relevo de clavarios del Domingo 3 de Septiembre no ha habido un momento de
descanso.
Por el día se ha podido disfrutar de torneos
deportivos, ruta didáctica a las Trincheras del municipio, actividades
infantiles, tarde de circo o el tradicional homenaje a los mayores, este año
con más de 150 personas, entre rondalla y bailadores, dando la mejor
representación del folklore local. Por otro lado, el desfile de Disfraces, la
Noche Temática ambientada en un Titaguas de cuento, el Concurso de Talentos y
espectáculos de humor, junto a las diferentes verbenas, han marcado el ritmo de
las noches de la semana.
Días grandes,
días de tradición
El sentimiento y la solemnidad llegaron el jueves y el viernes, en primer lugar, con la procesión del Nazareno, patrón de la villa, donde los clavarios hicieron gala del saber hacer de las tradiciones titagüeñas, vistiendo hombres y mujeres con esos trajes que de generación en generación, se conservan en las arcas de las casas.
El viernes por la mañana,
en la Subida de la Virgen, en la que se invitó a participar a todo el pueblo
con la indumentaria tradicional, alrededor de cincuenta niños y niñas danzaron
al son del clarinete y la caja, portando arcos de flores, espadas o bastones
entre otros, como se viene haciendo
desde el s. XVII. La tarde del Viernes además, tuvo lugar la representación de
la Mojiganga, donde, 32 danzantes y seis angelicos, dirigidos por sus
respectivos maestros de danzas y ayudantes, acercaron a todo el pueblo al cielo
con la construcción de torres y figuras humanas en la parte religiosa e
hicieron alarde de las costumbres locales en la parte profana, con la danza de
los oficios, el batán o el molino.
Aunque el fin de semana se vio ligeramente turbado
por el pronóstico de lluvia, finalmente pudieron realizarse todos los actos
dentro de la nave municipal, finalizando con la pelada de patatas y corte de la
carne, a cargo de los vecinos y vecinas, para disfrutar todo el pueblo de la comida
de hermandad del domingo.
Este trabajo, aunque ha sido capitaneado por los 26
clavarios voluntarios, no hubiera sido posible sin la ayuda de todo el pueblo,
por lo que quieren aprovechar para agradecer la colaboración de todos ellos y,
especialmente, al grupo de valientes que se ha decidido a organizar las fiestas
del 2024.
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