Usuarios del transporte público en La Serranía y El Rincón piden microbuses para desplazarse a centros de salud y de ocio

 

El 75% de los residentes en La Serranía y el 77% de los habitantes del Rincón de Ademuz muestran su descontento con el servicio de transporte público que ofrecen las distintas administraciones. Es la principal conclusión del estudio sobre hábitos de movilidad realizado por la Universitat de València y financiado por la Diputació en estas comarcas, que recoge a su vez las propuestas de los usuarios para mejorar el servicio. Los dos organismos también han realizado estudios similares en La Canal de Navarrés y El Valle de Ayora.

Las encuestas, realizadas a personas de diferentes edades que residen habitualmente en estos municipios, no menos de 10 meses al año, a través de entrevistas personales entre noviembre y diciembre de 2020 y el mismo período de 2021, concluyen que el uso del vehículo privado, como conductor o acompañante, es la opción preferida en un porcentaje altísimo, ante la falta de opciones de transporte público que supone un problema grave para quienes necesitan desplazarse y no tienen carné.

Precisamente fue en La Serranía donde el diputado de Desarrollo Rural, Ramiro Rivera, presentó las conclusiones de los estudios realizados en colaboración con la Universitat. En una comarca en la que predomina el sector servicios, como en el resto de zonas de interior con un peso significativo del 60% en el mapa de actividades, el uso del transporte público es residual, como la actividad agrícola e industrial que ha ido perdiendo protagonismo en las últimas décadas.

La Chelvana, la histórica línea de autocares que sale de València y conecta los pueblos serranos, tiene un 16,3% de usuarios en la comarca, pero solo un 5,5% la utiliza con cierta frecuencia. Los principales destinos son la capital, Llíria, el núcleo urbano, sanitario y de servicios más importante en el trayecto hacia la gran ciudad, y el centro comercial El Osito.

La principal reclamación de los usuarios del transporte público en La Serranía es implantar tanto un servicio de microbuses con paradas en centros de salud y hospitales públicos (61,4%), como un servicio de microbús con paradas en centros comerciales comarcales (55%). También el aumento de las frecuencias de autobús es prioritario para más de la mitad (52%) de los usuarios.

Otras propuestas con menor demanda son los taxis rurales a precio razonable (34%) y una bajada en el precio del billete de autobús (20%). En general, estas reivindicaciones se producen en el contexto de pueblos con una estructura demográfica envejecida, un nivel bajo de equipamiento público con ausencia de residencias para mayores y centros de día, problemas de conectividad digital y necesidad de desplazamiento para aquellas personas en edad de trabajar o estudiar.

El Rincón de Ademuz

En El Rincón, llama la atención que el 99% de los viajeros utiliza el transporte privado, mientras que menos del 2% de los encuestados usa el autocar como medio para desplazarse en el día a día. València y Teruel son los principales destinos de las vecinas y vecinos de la comarca, que también contemplan El Osito como zona comercial y de ocio.

La principal reclamación de los usuarios del transporte público en El Rincón de Ademuz es la implantación tanto de un servicio de microbuses con paradas en centros comerciales comarcales (46%), como de un servicio de microbús con paradas en centros de salud y hospitales públicos (46%). Otras propuestas con menor demanda son la bajada en el precio del billete de autobús (27%), y la existencia de taxis rurales a precio razonable (19%).

Realidad comarcal

La realidad de estas comarcas de interior, afectadas por el fantasma de la despoblación, es que el vehículo privado se erige como el medio predominante de transporte en más de un 90% de los casos, en un 76% siendo el propio viajero el que conduce y en el 16% como acompañante. El perfil de viajante es mayoritariamente el del varón de entre 26 y 50 años que estudia o trabaja, mientras que las que menos se desplazan desde estos municipios de interior son las mujeres mayores de 65 años.

Entre el escaso porcentaje de población que recurre al transporte público al no disponer de otra opción para desplazarse, destacan porcentajes como el 93% de usuarios que no dispone de carné de conducir, el 64% de mujeres, el 43% de menores de 25 años y el 43% de estudiantes. Con estas cifras se esboza el perfil del usuario de las líneas de autobús que llegan a estos pueblos, generalmente con escasas frecuencias y utilizadas para ir a trabajar, estudiar, al médico o a realizar visitas.

Competencias y papel de la Diputación

Los estudios impulsados por la delegación de Políticas contra la Despoblación de la Diputación y ejecutados por la Universitat hablan de zonas donde el principal problema no es el desempleo, con cifras de paro hasta cuatro puntos por debajo de la media autonómica, en el caso de La Serranía. Sí en cambio la falta de determinados servicios básicos que obligan a los residentes a desplazarse a diario, y a hacerlo por cuenta propia ante las escasas alternativas de transporte público.

El problema de la movilidad rural emerge como una de las principales medidas para combatir la despoblación y empieza a ser tenida en cuenta por las administraciones. Estos estudios sitúan la realidad de cuatro comarcas valencianas de interior e invitan a los responsables estatales, autonómicos y provinciales a reflexionar sobre cómo hacer frente al problema y que la movilidad no acabe siendo un obstáculo insalvable a la hora de decantarse por vivir en el medio rural.

Pese a que las competencias en transporte público las tiene la Generalitat, la Diputació de València está dispuesta a destinar recursos que mejoren las frecuencias del transporte intercomarcal “a través de la colaboración institucional y las herramientas oportunas que nos permiten participar en programas autonómicos de distintos ámbitos”, explica el diputado de Desarrollo Rural, Ramiro Rivera.

El estudio advierte de las “alusiones difusas” al transporte rural en la ley estatal de movilidad sostenible, donde este servicio se considera obligatorio en municipios de más de 20.000 habitantes y se apuesta por la coordinación entre las autonomías para mejorar el transporte en el ámbito rural. En este sentido, la Generalitat Valenciana tiene en marcha un programa para optimizar rutas y estimular el transporte a demanda.

La Diputación, por su parte, concede una línea de ayudas directas a los ayuntamientos de municipios en riesgo de despoblación, que pueden utilizarse para inversión o gasto corriente, y financia el transporte escolar entre las escuelas rurales de distintos municipios. Dentro de las competencias en materia de infraestructuras, la institución provincial ha realizado una fuerte inversión en las carreteras de su red para mejorar la seguridad en los desplazamientos comarcales e intercomarcales.

El análisis sobre la movilidad rural llevado a cabo por la Universitat con el apoyo de la Diputación propone a los entes públicos fijar las prioridades dando respuesta a preguntas básicas como a quién va dirigido el servicio, quién lo pone en marcha, quién lo financia y cómo se garantiza su viabilidad. Es el punto de partida para que la acción de las administraciones públicas contribuya a mejorar la comunicación de los pueblos de interior y a que las dificultades para desplazarse no se conviertan en un problema para habitar estas zonas.

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