El mercado europeo se inunda de naranjas turcas tratadas con pesticidas no autorizados
Los datos hasta agosto del Sistema europeo de Alerta
Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) revelan que Turquía sigue acaparando
con el 87% del total los rechazos en frutas y hortalizas por contener materias
activas no autorizadas en la UE o por observar Límites Máximos de Residuos
(LMR) superiores a los autorizados en el ámbito comunitario, según denuncia LA
UNIÓ de Llauradors. Sobre las sustancias detectadas la mayor parte son por
presencia de Metil Clorpirifos o Clorpirifos, materias activas prohibidas en
territorio europeo.
De las 481 detecciones en frutas y hortalizas
durante los primeros ocho meses del año, 417 eran procedentes de Turquía y 49
de Egipto. De las 27 que ha habido en agosto, 18 provenían de Turquía, 6 de
Egipto y 2 de Marruecos. Los cítricos son el cultivo con mayor rechazo hasta
agosto, ya que de esas 481 interceptaciones 203 eran citrícolas, lo que supone
el 42% de las mismas. Si nos circunscribimos al pasado mes, 9 de ellas eran de
cítricos, lo que representa el 30%.
A la vista de estos datos, LA UNIÓ de Llauradors
insta a tomar medidas urgentes para que la Unión Europea exija a los productos
importados los mismos estándares fitosanitarios que pide aquí a sus
productores. Cabe señalar que, tras las reiteradas denuncias ante las alertas
sanitarias detectadas por el RASFF, la Comisión Europea incrementó el pasado
mes de noviembre la frecuencia de los controles a las importaciones turcas.
Concretamente, subió al 20% la frecuencia de los controles a realizar en
naranjas, mandarinas, clementinas, wilkings e híbridos similares de cítricos y
en los limones, así como en pimiento y granadas procedentes de Turquía. También
se aumentaron los controles a otros productos como las avellanas hasta el 20%,
o los pistachos y las hojas de parra hasta el 50%. Por su parte, los pomelos, a
pesar de las alertas, no entraron en ese aumento de frecuencia de controles.
Estas medidas no han funcionado, los resultados son
cada vez peores y pese al incumplimiento sistemático de Turquía no se emprenden
nuevas medidas. Por ello a principio de marzo LA UNIÓ pidió ya a la Comisión
Europea y al Gobierno de España el cierre de las importaciones de frutas y
hortalizas procedentes de Turquía a través de sendos escritos dirigidos a la DG
Sante, responsable de las políticas de la UE sobre salud y seguridad
alimentaria, y a la Dirección General de Sanidad de Producción Agraria del
Ministerio de Agricultura. “Mientras no
se paralicen las importaciones turcas, solicitamos un aumento de la frecuencia
de los controles físicos y de identidad hasta el 50% para todas sus frutas y
hortalizas y poner así mismo fin a la asimetría arancelaria, ya que mientras
Turquía exporta a la UE con un arancel del 20%, a España se le aplica el 54%
para exportar a Turquía”, señala Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.
Peris indica que “no es comprensible que los
consumidores europeos puedan adquirir en los lineales de las tiendas frutas y
hortalizas importadas con unos estándares de producción inferiores a los
nuestros y encima con unas materias activas prohibidas por su posible potencial
nocivo para la salud. La Comisión Europea debería aplicar en los acuerdos
internacionales que suscribe con terceros países los compromisos que marca la
estrategia De la granja a la mesa en cuanto a reducción de pesticidas y
fertilizantes”.
LA UNIÓ reclama que la Comisión Europea establezca
protocolos para detener la invasión de frutas y hortalizas importadas con
productos prohibidos por su peligrosidad. “Parece primar más la estrategia
geopolítica en materia migratoria pactada con el presidente turco Erdogan que
la salud de los europeos. Se nos prohibió el Clorpirifos por ser posiblemente
cancerígeno y gran parte de lo que se rechaza contiene dicha materia activa.
¿Qué tiene que decir la comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria al
respecto?”, afirma Carles Peris.
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