Avanzan los trabajos para recuperar la antigua cisterna de la Pobla de Vallbona
+ TURIA | Se trata de un espacio monumental con más
de 400 años de historia
Las obras para
documentar arqueológicamente la cisterna de la Pobla de Vallbona siguen avanzando.
El proyecto para recuperar uno de los espacios históricos más emblemáticos del
municipio está siendo un auténtico descubrimiento en sí mismo.
Los trabajos de
excavación se iniciaron a principios de diciembre de 2018 y, con el inicio de
2019, se están viendo superadas las expectativas más optimistas. Dichos
trabajos son promovidos por el Ayuntamiento de La Pobla de Vallbona
Los trabajos efectuados
por el arqueólogo municipal, Juan José Ruiz y Ana Sabater, han servido para
confirmar la existencia de una cisterna que históricamente había servido para
abastecer de agua a todo el casco histórico. Había indicios que apuntaban de su
existencia desde mediados del siglo XVI. Se sabía, asimismo, que dicha
estructura histórica fue derruida parcialmente y colmatada de escombros en el
año 1971 por las autoridades locales de la época. Y cabía suponer que era un
espacio de grandes dimensiones. Sin embargo, casi todas las fuentes eran orales
y existían pocos documentos escritos que aportaran datos concretos. Se imponía un
trabajo sobre el terreno, para conocer de forma clara ante qué realidad nos
encontramos.
Aunque los últimos
trabajos de excavación para valorar esta parte del pasado histórico de la Pobla
de Vallbona se iniciaron a finales de 2018, antes se habían hecho dos catas
(ambas en febrero). Juan José Ruiz y Ana Sabater dirigen este proyecto, y ambos
coinciden a la hora de señalar que se ha sobrepasado ampliamente todo lo que
esperaban encontrar: «Estamos ante un espacio monumental y se encuentra en un
estado de conservación sorprendente. Nadie diría que han transcurrido, al
menos, 400 años desde la construcción de este gran depósito de agua. Sabíamos
que nos íbamos a encontrar con un elemento importante, pero honestamente no
cabía pensar en algo de estas dimensiones… y no lo decimos sólo por el tamaño».
Ruiz y Sabater explican
el alcance de esta cisterna: «Se ha llegado a una cota de 7,5 metros de
profundidad, donde en la parte noroeste se ha localizado parcialmente el
pavimento de la cisterna. De momento, no podemos determinar la cantidad de agua
que se almacenaba aquí, pues aún se está en proceso de la exhumación total de
la cisterna, la cual contaba con unas dimensiones aproximadas de 14m por 8m y
divididas en su parte central por un muro con dos arcos de medio punto. La cisterna estaba cubierta por dos bóvedas
en sentido norte sur, las cuales fueron derruidas en los años setenta. Se
llenaba con agua de la ‘sèquia primera’; también tenemos constancia de que
pasaban dos días hasta que se llenaba por completo y que era suficiente para
proporcionar agua a todos los habitantes del municipio durante todo el año, el
canal de abastecimiento de agua se ha localizado en el muro oeste de la
estructura en cuestión».
En la parte norte,
pegada al muro perimetral de la cisterna, se ha encontrado la escalera de
acceso a la parte baja de la cisterna del siglo XVI. Muchos años después en el
siglo XX, se creó un pozo, que permitía acceder al agua almacenada sin tener
que descender.
Tras estos trabajos,
comenzarán las labores de estudio, clasificación e interpretación pero
igualmente estimulantes: los que Juan José Ruiz y Ana Sabater deberán acometer
para evaluar el alcance de los hallazgos que se están haciendo.
«Prevemos
muchos meses de investigación, pero es emocionante encontrarnos ante un reto
tan exigente y un descubrimiento tan apasionante», coinciden estos dos
arqueólogos. Los tesoros de la Pobla de Vallbona, que han permanecido durante
décadas ocultos bajo tierra, comienzan a ver la luz.
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