El rally 'Subida al Garbí' quiere el mismo trato que la Vuelta Ciclista a España

+ TURIA | El comité organizador ha solicitado a Medio Ambiente los informes favorables que permitieron que las dos últimas ediciones de la Vuelta pasaran por el mismo tramo de carretera
Agravio comparativo. Esa es la expresión utilizada estos días en el entorno de la organización de la Subida al Garbí, la prueba automovilística con más tradición de la Comunitat Valenciana.

Tal como informa el diario LEVANTE-EMV, el comité organizador ha solicitado a la Conselleria de Medio Ambiente los informes favorables que permitieron que las dos últimas ediciones de la Vuelta Ciclista a España pasaran por el mismo tramo de carretera. Y, por supuesto, han presentado la solicitud para celebrar la carrera de 2017, prevista para el mes de diciembre, como es costumbre. Como en la edición del pasado año, finalmente suspendida, saben que la ley le ampara. El Consell incumplió, aseguran, el principio de jerarquía normativa. A saber: la orden que anuló la Subida al Garbí es de un rango inferior al Plan de Uso Público del Parque Natural de la Sierra de la Calderona (PORN), que sí la permite. Una incongruencia que se suma a la aprobación, por parte de Medio Ambiente, del uso de la misma carretera para el paso de la inmensa caravana motorizada que acompaña a la Vuelta a España. También a las últimas ediciones de la recientemente recuperada Vuelta Ciclista a la Comunitat Valenciana.
¿Cómo es posible que una institución pública permita el paso de la flota de una Vuelta a España, helicópteros incluidos, por el mismo tramo por el que prohíbe por el que circulan 60 coches en un espacio de 8 horas? ¿Cómo puede aprobar la etapa ciclista del Garbí, además, en una época (septiembre) de alto riesgo de incendio?
Además de los equipos, el parque móvil de la Vuelta a España constó este año de 5 autobuses, 22 camiones, 57 trailers , 70 furgonetas, más de 200 motos y 600 coches: todo un ejército motorizado que necesita más de 330.000 litros de combustible para desempeñar su trabajo, principalmente montar la salida y la meta, para lo cual necesitan a 130 personas que instalen 4.000 vallas metálicas. Un circo gigantesco, monumental, al lado de la modesta estructura que acompaña a la Subida al Garbí. LEER NOTICIA COMPLETA

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