Los dinosaurios de La Serranía se acercan a Valencia

+ TURIA | Maite Suñer, paleontóloga y guía turístico de Alpuente, expuso la importancia de la región como yacimiento paleontológico ante el público que llenó la Casa de Cultura de Burjassot
Los dinosaurios de Los Serranos (o sus restos y la magia que su sola imaginación impregnan en el ambiente) aterrizaron en la tarde de ayer en la Sala de Cultura de Burjassot que colgó el cartel de ‘no hay billetes’ en una cita organizada por la plataforma ‘Burjassot Antic’ y el grupo ‘Dinos Aras’
Casi doscientas personas se congregaron en el auditorio burjassotense para escuchar las ponencias de tres expertas en la ciencia paleontológica como Maite Suñer Fuster,  Anna María García Forner  y Clara Pérez Herrero, biólogas y expertas en paleontología, las dos últimas centradas en el proceso e importancia de la musealización de los hallazgos.
‘La máquina del tiempo en la Serranía’
Maite Suñer Fuster inició su intervención con una pequeña presentación de la comarca de La Serranía, una región que esconde tesoros naturales, históricos y arqueológicos de gran importancia y cuyos pueblos y parajes no son muy conocidos para una parte de la sociedad ‘urbanita’ valenciana. Tras esta presentación, la técnica de la oficina de turismo de Alpuente quiso poner el acento en la importancia de La Serranía como escenario paleontológico.
Así, realizó un repaso por la historia de la paleontología con una revisión histórica de los hallazgos e intervenciones realizadas, incluyendo una de las primeras citas de que se tiene noticia como mención a ‘grandes huesos’ encontrados, a cargo del Padre Vicente Mares, autor de la mítica ‘Fénix Troyana’ que en su obra de 1681 cita textualmente… “en La Yesa, a dos leguas de Chelva, se halló un sepulcro que acomodando los huesos cada uno en su puesto tenía 20 palmos de largo. Y doce años hará que en Chelva se halló otro mucho mayor de estatura del más agigantado hombre de nuestros tiempos y en la villa de Alpuente otro de la misma estatura…”. Referencias que, seguramente hacen alusión a descubrimientos de esqueletos de dinosaurios aunque en la época no hubiera explicación a tan fantástico hallazgo.
Así las cosas fue a principios del siglo XX cuando, con la paleontología tomando cuerpo y forma como ciencia autorizada, las miradas de los ‘excavadores’ volvieron a situarse en la Serranía con hallazgos en los alrededores de Benagéber. Aunque no fue hasta la década de los 80 cuando la comarca del interior valenciano se convirtió en un ‘oasis’ paleontológico gracias a los estudios realizados por miembros del Instituto de Paleontología Miquel Crusafont de Sabadell. A partir de 1998 es la Universitat de Valencia la que toma el relevo en el estudio y puesta en valor de los tesoros ‘de 145 millones de años’ que van surgiendo de las entrañas de La Serranía.
Suñer quiso poner el acento además en la importancia de la región como gran yacimiento arqueológico, enmarcada dentro del período de transición entre el Jurásico Superior y el Cretácico, región compartida con la vecina Teruel (no en vano en Riodeva se desenterró el tercer dinosaurio más grande conocido, el dinosaurio del Turia, ‘turiasaurus riodevensis’), donde han aparecido numerosos restos de ‘gigantes’ saurópodos, estegosaurios (acorazados) y otros de menor tamaño, que además no solo han dejado su impronta fosilizada en las piedras de La Serranía sino que en algunos lugares, como en Corcolilla, han dejado impresas sus propias huellas.
Especial mención, por su importancia y tamaño, se hizo del Losillasaurus Giganteus, descubierto hace casi dos décadas en la aldea de Losilla, pedanía de Aras de los Olmos, que es uno de los hallazgos más importantes no solo de la paleontología comarcal sino mundial.
La ponente quiso además poner de manifiesto el impacto turístico y por tanto económico que esta ciencia ha tenido en la zona, especialmente en el Alto Turia, donde en Alpuente se ha creado un museo especializado que ha recibido desde su apertura en 2006 casi 25.000 visitas.


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