Investigadores aragoneses presentan un nuevo sistema para la detección automática del mejillón cebra
+ TURIA | La tecnología de última generación usa
visión artificial para descubrir la especie y hacer un recuento en cada una de
las muestras
La lucha contra la expansión
de las especies exóticas invasoras está dando lugar a un nuevo campo de
investigación. El último avance en este terreno es el denominado proyecto
Bivalvia, consistente en un equipo automático para detectar el mejillón cebra.
El dispositivo, que es
fruto de la cooperación entre la empresa OX-CTA, la Confederación Hidrográfica
del Ebro (CHE) y Riegos del Alto Aragón, fue presentado ayer a usuarios
potenciales en el Espacio San Voto de Bantierra, en Zaragoza.
«El equipo se basa en
una tecnología muy avanzada y en el manejo de inteligencia de datos», señaló
María José Avellana, gerente de OX-CT, que precisó que se trata de un mecanismo
que, sin intervención humana alguna y usando visión artificial, es capaz de
descubrir la especie y hacer un recuento en cada una de las muestras. «De esta
forma se evita el traslado al laboratorio y otros costes, con el objetivo de
conseguir detecciones tempranas y aplicar medidas correctoras de forma ágil y
rápida en el momento adecuado», señaló Avellana.
Se trata, según los
expertos, de no invertir en tratamientos innecesarios y de evitar que el
mejillón cebra prolifere de forma imparable, causando un daño irreparable a las
infraestructuras hidráulicas. Por eso sus clientes potenciales son organismos y
empresas que hacen sus muestreos con métodos tradicionales, desde regantes a
organismos de cuenca, pasando por agencias del agua.
El mejillón cebra, según
explicaron en la presentación responsables de la CHE, empezó a propagarse por
la cuenca del Ebro, a partir del embalse de Ribarroja, a partir del año 2001.
Esta especie invasora, procedente del mar Caspio, entró en Aragón en unas
embarcaciones procedentes del sur de Francia.
«Ha costado habituarse a su
presencia, pero ha venido a quedarse y se trata de limitar los daños que puede
ocasionar», manifestó Javier San Román, de la CHE, que dijo que embalses como
Itoiz y Yesa aún no han sido invadidos.
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