“En Sot de Chera no dejaban de darnos las gracias por estar allí y eso todavía me conmueve”

Jesús Calleja llega al corazón de la Serranía con su nuevo programa, volando más alto que nunca

El aventurero leonés Jesús Calleja ha vuelto a volar, pero esta vez con un propósito aún más ambicioso: cambiar la vida de las personas que habitan en los pueblos más olvidados. En su nuevo programa, Volando voy, volando vengo, que emite Telecinco los jueves en prime time, Calleja sobrevuela la España rural con un helicóptero más grande, más cámaras y una misión clara: visibilizar, ayudar y transformar.

Uno de los destinos que más le ha marcado ha sido Sot de Chera, un pequeño municipio de la Serranía de Valencia que sufrió los estragos de la DANA. “Todo el pueblo nos decía ‘buenos días, gracias por estar aquí’. Era como una coletilla que les salía del alma. Lo digo y todavía me conmueve”, confiesa Calleja, quien ha grabado en la localidad una de las entregas más emocionantes de esta nueva etapa televisiva.

Un paso más allá del entretenimiento

Con este nuevo formato, la productora Zanskar y Mediaset dan un salto cualitativo: las visitas ya no son solo emotivas, sino transformadoras. “Las misiones que llevamos a cabo son tan ambiciosas que os vais a preguntar cómo hemos podido hacer eso en ese plazo de tiempo. Como cambiar medio pueblo, hacer una casa entera... hay misiones bestiales”, explica Calleja. En Sot de Chera, como en otras localidades, se han implicado decenas de voluntarios para acometer obras reales, prácticas y urgentes.

La incorporación de un nuevo helicóptero modelo Airbus AS350 B3 ha sido clave. “Aquí puedo hacer cinco entrevistas, cabemos seis a la vez y tenemos 12 cámaras dentro. Cuando vuelas por primera vez y ves tu pueblo desde el aire, te olvidas de todo. La gente se abre y te cuenta las cosas desde la realidad”, asegura.

Una televisión necesaria, humana y con alma

El corazón del programa sigue siendo la gente sencilla de los pueblos. “Son lugares que no están en el foco todos los días. Parece que la parte rural se ha olvidado por completo, pero también son de aquí, de este país”, reivindica. Calleja se define como un humanista convencido: “No conozco a nadie al que no le siente bien hacer el bien. Hacer el bien por alguna razón nos estimula”.

Para Jesús Calleja, cada historia que encuentra le deja una huella profunda. “Hay días que llegamos a cenar y volvemos a llorar nosotros recordando las cosas que nos han pasado durante el rodaje. La televisión que hacemos es de las que se quedan dentro.”

Entre el humor, la emoción y el compromiso

Calleja defiende que el programa también tiene su dosis de alegría: “El humor desengrasa, empatiza, te da cercanía. Creo que las dos emociones más importantes que tiene el ser humano son emocionarse y reírse”. Esa mezcla es lo que define su estilo.

Su implicación con el medio rural es real. Vive en su pueblo, cultiva su huerto, tiene gallinas, y apuesta por las energías renovables. “Cuando se fue la luz por el apagón, yo no me enteré. Sigo viviendo como antes”, reconoce. Cree firmemente que hay que respetar y potenciar la identidad de cada pueblo como vía para frenar el abandono.

Próximo destino: Burgos

Tras su paso por Sot de Chera, el programa viajará a Huerta de Arriba, en la Sierra de la Demanda burgalesa, donde Calleja y su equipo rehabilitarán la vivienda de Félix y Martín, dos hermanos mayores que viven con muy pocos recursos. Será otra oportunidad para mostrar que la solidaridad de los pueblos sigue viva.

 

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