Alertan de la voraz invasión del pez mosquito en estanques y balsas
+ TURIA | La gambusia es un pez pequeño considerado
como una de las cien especies invasoras más peligrosas del mundo, especialmente
por su resistencia en hábitats degradados
En un estudio, que
publica la revista ‘Science of the Total Environment’, los biólogos subrayan el
riesgo de liberar especies exóticas en el medio natural, y llaman a evitar
nuevos episodios de introducción de gambusia y a erradicar las poblaciones
existentes.
“Ni la presencia de
depredadores ni la degradación de la calidad del agua y del hábitat natural
ponen en peligro esta especie invasora, originaria de la costa atlántica de
Norteamérica, que compite y desplaza las especies autóctonas”, ha alertado
Oriol Cano, que ha hecho la investigación en ecosistemas acuáticos de la
provincia de Barcelona, junto a sus colegas del IRBio Adolfo de Sostoa, Lluís
Coll y Alberto Maceda.
La gambusia es un pez
pequeño considerado como una de las cien especies invasoras más peligrosas del
mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN).
Fue introducida en
España en 1921 para el control biológico de los mosquitos y hoy en día está
incluida en los catálogos de especies exóticas invasoras del Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación y de las comunidades autónomas.
En aguas cálidas
Según el estudio, su
presencia es abundante sobre todo en el este, el suroeste peninsular, la costa
mediterránea y la cuenca del Ebro.
En general, se encuentra
en hábitats acuáticos con aguas cálidas, con caudal bajo o nulo y poca
profundidad -en general, en humedales y en la parte baja de los ríos-, y en
zonas de alta actividad agrícola o áreas periurbanas afectadas por la
contaminación.
En España, es un
competitivo depredador que ha desplazado especies nativas como el fartet
mediterráneo (Aphanius iberus), el samarugo (Valencia hispanica), el fartet
atlántico o salinete (Aphanius baeticus) y el espinoso (Gasterosteus
aculeatus), además de anfibios e invertebrados.
La distribución de esta
especie invasora, que se encuentra en todos los continentes excepto en la
Antártida, se debe a que fue introducida hace un siglo para controlar los
mosquitos transmisores de enfermedades, como el paludismo o la fiebre amarilla.
Según los biólogos, los
brotes más recientes de enfermedades tropicales trasmitidas por mosquitos
(Zika, chikungunya o dengue) hacen imprescindible extremar la vigilancia sobre
los efectos de introducir estos peces exóticos en la fauna autóctona,
especialmente en regiones tropicales con alta biodiversidad. EFEverde
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