Un estudio revela que el Rey Leovigildo fundó en el año 550 el yacimiento visigodo de València la Vella por su ubicación estratégica y militar en la época
+ TURIA | Los
expertos fijan el final de este espacio de 4'8 hectáreas ubicado en Riba-roja
de Túria en el año 700
Un estudio de un grupo de investigadores ha
revelado que el yacimiento arqueológico de València la Vella, ubicado en el
término de Riba-roja de Túria, se fundó en el año 550 por parte del rey
Leovigildo por su ubicación estratégica en la época. Esta conclusión ha sido
posible gracias a las aportaciones que se han desprendido a partir de las
numerosas cerámicas halladas en el pasado mes de julio en este enclave.

Además, a los hallazgos de este verano cabe
añadir los del pasado año cuando aparecieron tres torres de la antigua muralla
y diversas ánforas procedentes de Ibiza, el mar Egeo y Túnez, facilitado por el
uso de un georradar, que permitió descubrir otras partes del antiguo yacimiento
como una gran plaza en la parte baja, varios muros y numeroso material y
objetos de la antigua fortificación. Las ánforas se utilizaban para la importación
de vino y aceite.
Los investigadores consideran que la fecha de
creación del yacimiento se remontaría al año 550 y su final lo datan alrededor
del año 700, una fecha que coincide en el tiempo con la llegada de los
musulmanes en el 713, gracias a los hallazgos localizados en la edición de este
verano por parte de los participantes en el encuentro. La función de este
yacimiento tendría un carácter militar, basado en el centro fortificado que se
construyó originariamente, asentado sobre un área de 4'8 hectáreas de
extensión, y que cumpliría tanto las facetas defensiva como de expansión,
"un asentamiento visigodo de importancia estratégica del tipo de una ciudad
de nueva planta para controlar directamente un territorio periférico de
reciente adquisición por parte del reino visigodo".
Los expertos engloban la creación del centro en
el año 550, en plena época de crisis del reino visigodo entre los año 550 y
570, en el contexto de la guerra civil entre los reyes Agila y Atanagildo, la
ocupación bizantina del sudeste de la península y la reacción posterior del rey
Leovigildo que permitió superar la crisis y también puso las bases de un reino
fuerte y consolidado.
Los alrededores de la ciudad de València
formaban parte de una frontera militarizada en la que se vislumbró la contienda
entre los visigodos y los bizantinos hasta la expulsión de estos último, de ahí
la importancia estratégica de este asentamiento de Riba-roja de Túria, incluido
el cautiverio de su hijo rebelde Hermenegildo y, además, albergar la sede del
obispo arriano hasta el 589, cuando se convirtieron al catolicismo.
Por último, los hallazgos de este año constatan
que el final de València la Vella no se debió al poder de destrucción de sus
oponentes sino al lento abandono que tuvo lugar entre finales del siglo VII e
inicios del VIII, lo que supone contradecir la creencia de que finalizó 50 años
antes. Estos hechos permiten deducir que València la Vella y el palacio del Pla
de Nadal, también de época visigoda, se sucedieron el uno al otro sin
coincidencias temporales.
En las cinco hectáreas que forman el
asentamiento es posible localizar las delimitaciones espaciales en las estaban
dividido, como las estancias religiosas (iglesias y capillas), los resortes
civiles de poder (palacio), las área de producción (almacenes y zona artesanal)
y, por último, las residencias y viviendas de sus habitantes, cuyo futuro se
completará en futuras ediciones con nuevas prospecciones geofísicas a partir de
los restos hallados hasta el momento.
El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga,
ha agradecido "el excelente trabajo que durante estos dos años han
realizado de forma encomiable y eficaz los investigadores, los expertos y los
estudiantes que han participado en este proyecto y que nos permite conocer con
mayor profundidad nuestras raíces históricas, al tiempo que constituimos un
reclamo turístico importante como fuente de riqueza para la
localidad".
Para ello, está prevista la redacción de un plan
director para definir los usos del espacio y la organización de un proyecto
para crear un gran parque arqueológico que permita realizar el primer paso para
abrir este yacimiento a la sociedad, de forma que en un futuro a medio plazo
pueda ser visitado, estudiado y disfrutado por todos los visitantes de este
emplazamiento, único en la Comunidad Valenciana.
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