Los biólogos recomiendan desalojar las zonas inundables “cuanto antes”

El Colegio de Biólogos propone 30 medidas urgentes tras la tragedia del 29 de octubre, priorizando el realojo de la población expuesta, la recuperación del entorno natural y el redimensionamiento de ramblas y barrancos frente a las grandes infraestructuras hidráulicas

El Colegio Oficial de Biólogos de la Comunitat Valenciana (COBCV) ha planteado un ambicioso plan de 30 medidas tras analizar las consecuencias de la dana del pasado 29 de octubre, entre ellas una de las más contundentes: el realojo de la población que vive en áreas de alta o muy alta inundabilidad, como cauces, ramblas o barrancos. Para los expertos, es imprescindible abandonar definitivamente estas zonas de riesgo, ya que el cambio climático agravará los episodios extremos como las danas y ninguna infraestructura hidráulica será capaz de contener la fuerza del agua en estas circunstancias.

La decana del COBCV, María Diago, ha sido clara durante la presentación del informe: “Cuando el mar alcanza los 32 o 33 grados, se convierte en una bomba de relojería. Este tipo de lluvias intensas no va a remitir, y seguir pensando que podemos contenerlas solo con ingeniería hidráulica es un error”.

Barrancos ocupados, agua sin salida
El informe pone el foco en el barranco del Poyo, en la provincia de Valencia, que se desbordó el pasado 29 de octubre causando una tragedia sin precedentes. A pesar de ser una cuenca de solo 480 km², el taponamiento de su cauce por actividades industriales y agrícolas impidió el drenaje natural del agua, lo que agravó sus efectos. Diago alertó que el problema no fue la cantidad de lluvia, sino el hecho de que la salida del agua estaba ocupada y bloqueada.

Además, se ha advertido sobre las características peligrosas del propio barranco: un desnivel de mil metros, una litología arcillosa e impermeable y una red de barrancos afluentes que desembocan en la Albufera. La urbanización y la asfaltización han terminado por aislar su capacidad natural de respuesta, multiplicando el impacto de las lluvias torrenciales.

Las “30 R” para una nueva resiliencia
El Colegio ha diseñado una estrategia basada en 30 medidas que comienzan con la letra R, como relocalizar, redimensionar, reforestar, recuperar, restaurar y reconvertir, todas enfocadas a incrementar la resiliencia del territorio y reducir los riesgos ante futuras catástrofes. Entre ellas destacan:

  • Realojo de la población en zonas inundables
  • Redimensionamiento de ramblas y barrancos para facilitar la evacuación del agua
  • Recuperación de la cubierta vegetal forestal y reforestación de cuencas
  • Reserva de zonas inundables como áreas de laminación controlada
  • Reposición de la red fluvial natural
  • Reconversión de parques y plazas urbanas en espacios de inundación controlada
  • Renovación del alcantarillado y drenaje urbano
  • Readaptación arquitectónica de edificios en zonas de riesgo

También se propone el reajuste del modelo de movilidad, reduciendo el parque de vehículos privados, y medidas fiscales como el pago por servicios medioambientales, “porque en esta sociedad, lo que no tiene precio, no tiene valor”, sentenció Diago.

Las infraestructuras hidráulicas, el último recurso
El documento insiste en que las obras hidráulicas deben ser la última opción, no la primera. “No se trata solo de canalizar más agua o construir más presas”, afirman, sino de entender que el problema es hidrológico y no exclusivamente hidráulico. El COBCV aboga por intervenciones que integren factores ecológicos, sociales y urbanísticos, y que recuperen lo que fue degradado en décadas pasadas.

 

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