Un óleo de tradición en Titaguas
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TURIA | El descenso de la Virgen del Remedio
pone el punto de partida a las Fiestas Gordas de la localidad
Con
las calles engalanadas para la ocasión, paños de la Virgen y arcos florales,
con los romeros más guapos aún vestidos con los trajes tradicionales y, sobre
ellos, una espléndida tarde de primavera la Virgen del Remedio de Titaguas
abandonó este sábado su ermita en el altozano y descendió, porte solemne
mediante, hasta el pueblo a presidir no solo un acto de descenso y devoción,
sino la inauguración de las Fiestas Gordas que durante los próximos meses
pondrán a la localidad del Alto Turia en sintonía con sus tradiciones e
historia. ALBUM FOTOGRÁFICO
Una
jornada de fiesta en la que la Patrona fue acompañada por cientos de vecinos y
que se convirtió en un magnífico escaparate para conocer el folklore local,
especialmente con las danzas que los niños y niñas de la localidad dedicaron a
la Virgen en diferentes puntos de un recorrido con destino en la Plaza Mayor.
Danzas que tienen sus raíces en los viejos ritos de la comarca y que tienen ese
sabor de lo antiguo, de lo cierto y también de lo inocente, una pizca de cada cual,
desde el ramo al paleo frente a la Ermita o en la Fuente Vieja donde el
público, arracimado y expectante fue haciendo corrillo y buena crítica.
Viaje
de ida, con ofrenda y Eucaristía en la Plaza, que además este sábado tuvo su
eco tradicional con el canto de los Mayos a medianoche, como toca, creando
finalmente un óleo costumbrista que viene en definitiva a demostrar que la
tradición no está reñida con la modernidad. Y de eso, de aunar historia y
presente, de dar espacio a las nuevas generaciones, en Titaguas saben más que
nadie.
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