El nuevo Plan ante catástrofes en la Comunitat Valenciana incorpora un nivel de alerta negro y refuerza la dirección de emergencias
La Vicepresidencia Segunda del Gobierno valenciano propone un Plan Director para mejorar la anticipación y reacción ante catástrofes naturales, que incluye un nuevo nivel de alerta negro para situaciones excepcionales y la figura del director del plan como responsable máximo de la gestión. El documento, en fase de audiencia ciudadana hasta el 18 de agosto, busca unificar criterios, reforzar la coordinación y adaptar la respuesta al cambio climático.
Una propuesta surgida tras la tragedia de la DANA
El Plan Director de Análisis, Anticipación y Reacción ante
catástrofes naturales, elaborado por la Conselleria para la Recuperación Económica
y Social que dirige Francisco José Gan Pampols, nace como respuesta a la
catástrofe de la DANA del 29 de octubre de 2024, que dejó 228 víctimas mortales
en la provincia de Valencia.
La propuesta plantea unificar el
sistema de niveles de alerta bajo un código de colores (verde, amarillo,
naranja y rojo) y añadir un nivel negro por encima del rojo para situaciones
extremas. Este nuevo escalón se reservaría a episodios de riesgo excepcional,
con umbrales adaptados de forma continua a los efectos del cambio climático.
Una dirección clara y estructurada
de la emergencia
El documento introduce la figura
del director del plan, que propondrá al president de la Generalitat la
declaración de emergencia de interés nacional cuando sea necesario. En ese
caso, la dirección pasaría al ministro del Interior.
Junto a él, se contemplan un
director técnico, encargado de la coordinación del Centro de Coordinación de
Emergencias, y un director del Puesto de Mando Avanzado, responsable de la
gestión directa sobre el terreno. El director del plan contará con un comité
asesor, cuyas reuniones serán grabadas, y con un gabinete de información para
coordinar la comunicación oficial.
La estructura se divide en tres
niveles: dirección política (Comisión delegada del Consell para crisis),
dirección operativa (Cecop, Cecopi y Centro de Coordinación de Emergencias) y
dirección ejecutiva (PMA).
Comunicación eficaz y sin
ambigüedades
El plan fija como objetivo evitar
cambios constantes entre niveles de alerta estableciendo umbrales fijos que
mantengan activas las medidas mientras persista el peligro. Para cada nivel y
tipo de riesgo, se identificará el público objetivo y se asignarán los canales
de comunicación más eficaces, incluyendo campanas, megafonía, drones, paneles
LED, mensajería móvil y sistemas como ES-Alert.
Además, se insiste en un lenguaje
operativo y claro que especifique qué se hace, quién lo hace y cuándo, evitando
tecnicismos innecesarios, y en que cada miembro de la estructura tenga un único
rol bien definido.
Prevención, resiliencia y
preparación ciudadana
La propuesta también impulsa la
prevención desde la ordenación del territorio, obligando a que el PGOU, los
Planes de Acción Territoriales y el Patricova se basen en mapas de riesgo
actualizados y en directrices vinculantes de reconstrucción resiliente. Entre
las medidas destacan la creación de almacenes logísticos con productos de
primera necesidad, zonas de evacuación y refugio, y puntos de abastecimiento de
combustible, electricidad y agua.
En el ámbito ciudadano, se
recomienda disponer de un kit de emergencia con agua, alimentos no perecederos,
linterna, radio a pilas, dinero en efectivo, medicamentos, mapas, silbato,
documentos de identidad, botiquín, baterías externas y navaja, así como conocer
los canales de información en caso de desastre.
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