Nace una alianza empresarial para reconvertir minas abandonadas en parques solares
Las empresas castellonenses Grupo Gimeno y Valfortec se han integrado en una alianza valenciana que busca impulsar parques fotovoltaicos en minas, canteras, vertederos e incluso balsas de riego
Las empresas castellonenses Grupo Gimeno y Valfortec se han integrado en una alianza valenciana que busca impulsar parques fotovoltaicos en minas, canteras, vertederos e incluso balsas de riego. Junto a las dos compañías castellonenses se integran otras siete (Pavasal, NRG Investment, Prosolia, Grupotec, Pavener y Corporación F. Turia), la Asociación valenciana de empresas de energías renovables, Avaesen, la de empresas extractivas, Arival, así como la Conselleria de Economía Sostenible.
Tal como detalla el diario Castellón Plaza, entre
todas, y a través de Avaesen, han presentado una manifestación de interés al
Gobierno para llevar a cabo diferentes proyectos en los que invertir 275
millones de euros para aprovechar los fondos europeos Next Generation EU y que
en España se plasmarán en el Plan de Recuperación y Resiliencia. Con aquella
inversión se podrían instalar 350 megavatios (MW) de energías solar
fotovoltaica y generar hasta mil puestos de trabajo, señalan desde Avaesen.
Esto tiene el añadido de que muchos de estos
espacios degradados se encuentran en zonas en riesgo de despoblación.
Parques
solares flotantes
La propuesta más rompedora e innovadora es la
ubicación de placas solares sobre el agua en las balsas de riego que son
suficientemente grandes para llevarlo a cabo, unas 180 en todo el territorio
autonómico, detallan desde la alianza. Ellas podrían albergar hasta 50 MW de
los 350 totales que impulsa el proyecto. El motivo de impulsar esta propuesta
es que este carácter innovador suma puntos a la hora de escoger los proyectos.
Asimismo, las balsas se ubican en zonas de regadío donde el suelo tiene mucho
uso agrícola y es caro.
Desde Avaesen destacan que el objetivo principal del
consorcio "es el fomento de las energías renovables en aquellos espacios
en los que, por sus costes pueden no resultar de interés para promotores
fotovoltaicos, pero que, por contra, tienen otros beneficios para el entorno y
la sociedad". Debido a ello se ha buscado implicar "a empresas de
toda la cadena de valor y los usuarios finales para evitar la emisión anual de
7.000 toneladas de CO2".
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