La fiesta de la Santa Cruz en Ademuz

+ TURIA | Una mirada al ciclo festivo del mes de mayo, que arranca con los tradicionales festejos en honor de la Santa Cruz

© Raúl Eslava-ICERA Para la fiesta de la Santa Cruz se otorgan tres cargos, responsables de los actos: el Bastón, el Chuzo y la Bandera. Muy deseados, eran cargos que antaño se solicitaban con uno o dos años de antelación.

El Bastón es el más importante y porta una vara de mando, adornada con flores y cintas de colores, el Chuzo lleva una estaca coronada por un triángulo de buen tamaño también adornado con flores y cintas, y la Bandera, se encarga de volarla en momentos concretos del ritual.

La fiesta se anuncia la víspera (día 2 de mayo) con volteo general de campanas, de fiesta grande, lanzando fuegos artificiales desde el mismo campanario arciprestal, si bien antaño se disparaba fuego real de trabucos.

Esa misma noche ya comienza la celebración, con hogueras en la villa, especialmente concurridas y ruidosas las que los tres cargos encienden a la puerta de sus respectivas viviendas.

La mañana de la fiesta (día 3 de mayo) comienza con el toque general de campanas y el Bastón sale de su casa para recoger al Chuzo y finalmente a la Bandera, dirigiéndose los tres a la iglesia arciprestal.

Allí se forma procesión que asciende hasta la actual ermita de Santa Bárbara del castillo, cantando letanías que alternan con los sones de la dulzaina y la caja. Una vez en la ermita, y tras la celebración de la eucaristía, tiene lugar la bendición de términos.

Acto seguido se vuelve a descender a la iglesia, para finalmente ir a la comida, especialmente concurrida en las casas y calles de los cargos. A la tarde, tras el rezo del Rosario, tiene lugar uno de los momentos más vistosos, que es el acto de bailar la bandera en la plaza de la Iglesia, donde se pone a prueba la pericia del cargo, todo ello a los sones de la dulzaina y la caja.

La relevancia que antaño tuvo la concurrida fiesta de la Cruz de Mayo de Ademuz fue menguando en las últimas décadas del siglo pasado, ya sin el lucimiento de épocas pasadas, si bien en la actualidad sigue celebrándose.

(De "La devoción popular en el Rincón de Ademuz". Raúl Eslava, 2015. Universidad Católica de Valencia.)