El Consell licitará el proyecto de sellado y restauración definitiva de Basseta Blanca antes de final de año
+ TURIA | La
iniciativa se enmarca dentro del plan autonómico de sellado de vertederos en el
que se incluyen otros 30 vertederos municipales, con una inversión de 20
millones de euros
El estado de degradación de Basseta Blanca tiene
los días contados. La Consellería de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio
Climático ha anunciado ya la fecha de licitación del proyecto definitivo para
el sellado y restauración del que fuera vertedero de la ciudad de Valencia y su
área metropolitana durante una década.
Será antes de final de año cuando la Generalitat
licite el proyecto definitivo para el sellado y restauración del vertedero,
dentro del plan autonómico de sellado de vertederos en el que se incluyen otros
30 vertederos municipales, con una inversión de 20 millones de euros.
Así lo anunció esta semana el secretario
autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro en la reunión mantenida con el
alcalde de Riba-roja, Robert Raga.
La consellería ya dispone de los resultados de
las catas previas al sellado y en breve dará a conocer las mediciones
obtenidas.
La planta de la Basseta Blanca funcionó durante
diez años, desde 1983 hasta 1993, cuando fue cerrada por orden municipal. No
obstante, se calcula que aún alberga en sus dependencias más de 800.000
toneladas de residuos sólidos procedentes de los municipios del cinturón
metropolitano de Valencia que fueron gestionados por la Entidad Metropolitana
para el Tratamiento de Residuos (EMTRE), dependiente de la Generalitat
Valenciana.
No obstante, el gobierno local asegura que entre
1993, fecha de la firma del decreto del alcalde y 1996, sentencia del Tribunal
Supremo, se vertieron miles de toneladas
de residuos orgánicos por parte del EMTRE «de forma absolutamente ilegal y
provocaron un perjuicio ecológico notable en este paraje que ahora estamos
pagando sobradamente con el deterioro de la zona».
La preocupación del Ayuntamiento de Riba-roja
creció todavía más ante los resultados de un informe técnico geológico y
químico que constataba la existencia de arsénico, cromo y níquel en niveles
superiores a las referencias legales marcadas por el decreto 9/2005.
Ante ello, el gobierno municipal ha expresado
desde entonces su «temor» a que los restos de lixiviados hayan podido filtrarse
a los pozos y acuíferos de agua existentes en la zona mediante las escorrentías
que se forman por las carreteras.
Para el alcalde de Riba-roja, Robert Raga esta
noticia’ pone fin a uno de los delitos medioambientales más graves que ha
sufrido esta Comunidad’. Para Raga ‘tenemos la responsabilidad de transformar
un desastre en una oportunidad, en economía verde y es el momento de estudiar
las fórmulas que se adecuen más al terreno como puede ser la biomasa u otras de
similares características’.
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