El Poblado Ibérico de la Mont-ravana de Llíria a un paso de culminar su proceso para ser Bien de Interés Cultural

+ TURIA | Su declaración como BIC se inició en el año 1980, antes de la aprobación de la Ley de Patrimonio Valenciano de 1998
La Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deportes ha iniciado los trabajos de la actualización  y adaptación de la Sección Primera del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano, en materia de patrimonio arqueológico y paleontológico, y ha sometido el expediente incoado a trámite de información pública.

Según el diputado y edil de Llíria, Paco García Latorre, el objetivo de estos trabajos son culminar los procedimientos declarativos de determinados bieness inmuebles arqueológicos o paleontológicos, que incorporan valores culturales singulares o excepcionales dentro del ámbito de la Comunitat, los cuales constituyen un referente y un valor patrimonial de primer orden y que todavía no se han inscrito definitivamente en la Sección Primera del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano.
Entre estos bienes, se encuentra el Poblado Ibérico de la Mont-ravana, que con esta tramitación será declarado e inscrito definitivamente como Bien de Interés Cultural (BIC), dado que su declaración como BIC se inició en el año 1980, antes de la aprobación de la Ley de Patrimonio Valenciano de 1998 y por lo tanto, había que culminar el proceso y hacer su inscripción.
El Poblado Ibérico de la Mont-ravana ocupa la cumbre y parte de la vertiente septentrional de un cerro bastante alto, pero no abrupto, ubicado a unos 10 kilómetros de la localidad, que ocupa una superficie de entre 7 y 9 mil metros cuadrados. Está totalmente amurallado y está dotado de dos entradas.
Este poblado, descubierto por Fletcher y posteriormente analizado por Aparicio, deja ver un recinto primitivo donde encontramos restos de estructuras industriales y habitáculos.
El material recuperado “in situ” refleja un horizonte del Ibérico Pleno Edetano, parecido al del Tossal de Sant Miquel de Llíria, con la misma vajilla y con fósiles directores que llevan la fecha de la destrucción definitiva del asentamiento a principios del II a.n.e.
Para García esta es una muy buena noticia para la ciudad de Llíria, una ciudad monumental que disfruta de un patrimonial excepcional y valioso y que, a partir de ahora contará con un nuevo elemento que pasará a formar parte del Patrimonio Cultural Valenciano como Bien de Interés Cultural.

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