"La obra nace de un manuscrito que un anciano de Pedralba conservó durante décadas"

+ TURIA | Entrevistamos en exclusiva a José Bruno Villalba Miralles, escritor valenciano, que en unas semanas presentará su novela 'La perra del septuagenario', obra ambientada en el municipio de Pedralba
Como bien dice nuestro protagonista de hoy, los pueblos de nuestra región, aunque no en la profundidad que quizás merezcan, son el escenario perfecto para el costumbrismo literario. José Bruno Villalba Miralles (Valencia, 1972) es Licenciado en Psicología con una amplia formación en psicoanálisis.
Aseguran que la única diferencia entre un escritor y un psicoanalista es su cuaderno de notas, quizás ni eso, nos aventuramos a aseverar; y quizás fue el caminar sobre esa delgada línea la que balanceó el péndulo de José Bruno Villalba hacia las musas de la escritura.
José Bruno Villalba en alguno de los escenarios
 que recorre en su novela
Ganador de diversos galardones literarios, entre ellos, el primer premio del certamen de la 'Fundación ABBOT' en 2012 con la obra 'Lluvia en el cristal', este escritor 'de frontera' debuta en el género de la novela con 'La perra del septuagenario', una obra peculiar y enigmática de corte histórico ambientada en el municipio de Pedralba.
'La perra del septuagenario', que consiguió el accésit del concurso 'Verónica cartonera' el pasado mes de julio, es la primera novela publicada por José Bruno Villalba y será presentada el próximo 24 de octubre en Barcelona dentro de los actos de la Feria de Economía Solidaria de Cataluña.
¿De dónde viene tu pasión por la literatura?
Es una pregunta difícil de responder. No podría situar un origen concreto. Durante toda mi vida, desde los ocho o diez años he sido un lector más o menos regular, primero de tebeos, más tarde de aventuras y novela. Recuerdo que con doce o trece años de edad leí todo Delibes y parte de Blasco Ibáñez, pero nunca he leído compulsiva ni excesivamente, solo he mantenido cierta constancia irregular, incluso se han dado periodos amplios de abandono total de la literatura, pero siempre, de un modo u otro, he regresado a ella.
Sí puedo situar un punto de inflexión que aumentó exponencialmente mi actividad al respecto: el encuentro con la obra de Julio Cortázar.
Llegó por casualidad, un diario regaló una edición de Rayuela, la compré y la abandoné varios meses sobre la mesilla de noche. Cuando por fin la abordé, fue tanta mi fascinación que no solo he leído casi todo Cortázar sino que me decidí a escribir.
¿Qué tipo de literatura te gusta más o te sientes más cómodo?
La española e hispanoamericana, sin duda. Como ya he dicho, Julio Cortázar, sobre todo; pero también Roberto Bolaño, Cervantes, el primer Cela, Delibes, Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Onetti, Torcuato Luca de Tena, no tanto García Márquez, no sé por qué.
Respecto a autores españoles actuales, no puedo olvidar a Pérez-Reverte, que tan buenos ratos me ha hecho pasar, a Almudena Grandes y, un autor menos conocido, pero con un estilo muy particular, Vicente Marco.
En cuanto a literatura no hispana, me gusta sobre todo el teatro de Shakespeare, Kafka y, en menor medida, Faulkner. Sin embargo no he ahondado tanto en ella.
Como ves, no hay una línea concreta, sino una gran diversidad.
¿Es esta tu primera novela?
La primera publicada, sí; pero no la primera escrita. Como he dicho, comencé a escribir en el año dos mil once a raíz de mi lectura de Rayuela. La ruptura de moldes y de estructuras que se plantea en esta obra me transmitió una gran sensación de libertad, de que no era tan necesario saber escribir bien como intentar decir sobre el papel lo que a uno le apeteciese. Gracias a ello conseguí aparcar la censura y aventurarme.
Así, escribí una primera obra de doscientas páginas, muy floja, yo diría que bastante mala, El alma fragmentada, donde me dejé llevar por un proceso muy cercano a la asociación libre, no irá a ninguna parte, pero sirvió para empezar.
Poco después de terminarla, me enteré de la existencia del premio de relatos «Fundación Abbot», y envié tres relatos de quince páginas cada uno, con la esperanza de que alguno resultara finalista y se publicase. Cuál no sería mi sorpresa al resultar ganador de un certamen tan bien dotado económicamente con la historia de un joven esquizofrénico, ¿cómo era posible que de entre más de quinientas obras hubiesen escogido la mía? Todavía hoy no me lo explico.
Desde entonces he escrito numerosos relatos –tres de ellos han sido accésit en diversos concursos y uno, finalista–, cinco novelas, dos de ellas de algo más de doscientas páginas y tres breves, de apenas un centenar de páginas, entre las que se encuentra La perra del septuagenario.
¿Cómo nació la idea de esta novela?
Es algo extraño.
La obra nace de un manuscrito que un anciano de Pedralba conservó durante décadas. No desvelaré la identidad de esta persona porque insistió en que no lo hiciese. Son unas treinta páginas arrancadas de un cuaderno a rayas y escritas a bolígrafo común. En ellas se narran unos hechos desconcertantes y muy graves acaecidos a mediados de los años cincuenta en la localidad citada. Según él, provienen de las profundidades de la cueva Merinel, donde un familiar suyo las encontró y se las confió.
Evidentemente, mi primera sospecha fue que el propio anciano era el autor que, mediante un subterfugio, quería publicar una obra propia, aunque fuese anónimamente. Comparé la caligrafía del buen hombre con la del escrito: eran completamente irreconciliables. Así que me vi obligado a creer su versión.
Mi trabajo ha sido el de simple amanuense: he dado forma al escrito, he mejorado la redacción (espero), corregido la ortografía e intentado dar belleza literaria al argumento mediante distintos procedimientos: cambiar ciertos pasajes por diálogos, desadjetivar, simplificar, introducir aclaraciones. Debido a este proceso obtuve una novelita de unas cien páginas. No sé si mi esfuerzo hace justicia al original y transmite lo que el verdadero y anónimo autor quiso en su día comunicar.
Debo agradecer a la editorial Verónica Cartonera que concediese un accésit a la obra y el gran interés que está mostrando por ella. Me he sentido muy bien tratado y son muy generosos conmigo.
También quiero agradecer los consejos de dos escritores valencianos: Vicente Marco y Alfons Cervera, que, tal vez sin saberlo, me han ayudado mucho anímicamente para seguir pegado al teclado.
¿Está basada en hechos reales? ¿Qué hay de verdad o de ficción en la novela?
Desconozco si lo narrado es cierto o no. Puedo dar fe de que los lugares e instituciones descritos se ajustan fielmente a la realidad: la calle Rocheta, el bar Frontón, la banda Popular, las cuatro carreteras, la rocha Almerich, etc. Respecto a los personajes, aparecen más difuminados, tiendo a creer que algunos de ellos sí existieron, incluso existen en la vida real, pero no podría asegurarlo, no sabría decirlo. En cuanto a los hechos, quién sabe, no he encontrado modo alguno de contrastarlo.
Estoy de acuerdo con Cortázar en que la distinción entre realidad y ficción no es sencilla, en que nuestra cotidianeidad arrastra consigo una diversidad de elementos fantásticos que están presentes y que no vemos, sencillamente, porque no queremos. Basta con abrir bien los ojos para darse cuenta de que lo que comúnmente entendemos por verdad no es más que una construcción social.
Creo que no merece la pena discutir si lo descrito ocurrió o no, sino dejarse seducir por lo relatado con la misma fascinación que yo sentí cuando leí el manuscrito por primera vez.
¿Cómo fue el proceso de documentación? ¿Recibiste ayuda de los pedralbinos o sus instituciones?
La única documentación es la citada, las treinta páginas manuscritas. No he recibido ayuda institucional pero tampoco la he pedido, no tengo reproches que hacer a nadie en este sentido.
¿Cuándo se presenta la novela?
El veinticuatro de octubre de dos mil quince, en la feria de economía solidaria de Cataluña, en Barcelona. Más adelante, aún por determinar en Bibliocafé, Valencia y quizá en alguna librería.
¿Está previsto presentarla en Pedralba?
La editorial se ha mostrado favorable a ello, pero todavía no hemos iniciado gestiones para concretar una fecha. Muy probablemente sí. Habrá que esperar tal vez a noviembre o diciembre, no sé. Pero de un modo u otro habrá presentación.
¿Cómo definirías los pueblos del interior valenciano como escenario literario?
Antes de sentarme a escribir algo nuevo me hago la misma pregunta: ¿costumbrismo u obra psicológica? Si la respuesta es costumbrismo, entiendo que los pueblos del interior valenciano son escenarios perfectos. También me fascinan los pueblos manchegos y los he utilizado en otros textos.
¿Qué proyectos tienes en estos momentos?
Seis novelas en cuatro años es demasiado. He escrito compulsivamente, lo que nunca ocurrió con la lectura. Desde hace un par de meses me he propuesto dedicarme al menos un año, quizá más, solo a revisar, a subsanar la gran cantidad de errores que he cometido en algunos textos: explicar varias veces lo mismo, complicar los diálogos, adjetivar excesivamente, fallos estructurales o de punto de vista etc. Dedicaré un tiempo considerable a ello y, a medida que sienta que merece la pena, enviaré el material a concursos.
Pero claro, hay tantas cosas en la vida cotidiana que hacen clic que tal vez me deje arrastrar por una de ellas y comience algo nuevo. Quién sabe.




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