El Puerto de Valencia tendrá un rascacielos de 108 metros

El Puerto de Valencia y el Ayuntamiento han anunciado la construcción de un rascacielos de 108 metros de altura y cerca de 30 plantas en el entorno de la Marina de València, que pretende convertirse en un nuevo hito arquitectónico y dinamizar la fachada marítima de la ciudad.

La alcaldesa de València, María José Catalá, y la presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Mar Chao, presentaron este proyecto como parte de una serie de actuaciones para transformar y modernizar el área portuaria junto al mar, gestionadas de forma conjunta por ambas instituciones.

 El edificio, provisionalmente denominado “Baluarte de la Marina”, ocupará una parcela que actualmente se utiliza como aparcamiento frente a The Terminal Hub, entre la plaza de Las Horas, la calle de la Travesía, la antigua Estación Marítima y el tinglado número 4. Para hacer posible su construcción, esta parcela municipal será revertida a la APV, que previsiblemente licitará durante la primera mitad de 2026 el derecho de superficie para que una empresa privada lleve a cabo el proyecto.

Proyecto urbanístico y usos del edificio

El rascacielos contará con aproximadamente 30 plantas y está diseñado para uso terciario, lo que incluye posibles espacios comerciales, oficinas o actividades hoteleras. Se espera que su inversión privada sea de unos 120 millones de euros y que contribuya tanto a la identidad arquitectónica del skyline de València como a la reactivación económica de la zona portuaria.

Las autoridades han señalado que este edificio formará parte central de un plan más amplio de regeneración urbana que también contempla la urbanización y mejora del entorno del Edificio del Reloj, creación de zonas verdes y espacios peatonales, y la integración de la marina como un punto de referencia comercial, turístico y empresarial.

Retraso y expectativas

La licitación para construir el rascacielos está prevista para el primer semestre de 2026, una vez que se complete la reversión de la parcela y se concreten los detalles jurídicos necesarios. Las autoridades han subrayado el carácter “emblemático” del edificio y su papel en la transformación urbana de la fachada marítima, marcando un nuevo capítulo en la relación entre la ciudad y su puerto.

El proyecto llega en un momento estratégico, con el objetivo de reforzar la identidad de València frente al mar y aprovechar el potencial urbanístico de la Marina, tras años de estancamiento en esta área.

En definitiva, este rascacielos de 108 metros aspira a convertirse en un símbolo moderno de la ciudad junto al Mediterráneo y en un motor de actividad económica y arquitectónica para la capital valenciana.

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