Secuelas psicológicas de la DANA ocho meses después: niños con miedo, familias sin casa y sin planes de salud metal
Fundación Iberdrola financia dos convenios con Cruz Roja y Nuevo Hogar Betania para acompañar psicológicamente a las víctimas de la riada de octubre
Han pasado
ocho meses desde que la dana del 29 de octubre lo arrasó todo. Ocho meses
después, todavía hay niños que lloran al oír una lavadora, que vuelven a pedir
el chupete, que tienen miedo de dormir solos. Mientras tanto, muchas familias
siguen intentando rehacer su vida desde la base: reconstruir sus casas, buscar
un coche que sustituya al que arrastró el agua o tratar de encontrar un empleo
tras los despidos. La tragedia no ha acabado, solo ha cambiado de forma.
Para abordar
el daño invisible, el de la salud mental, la Fundación Iberdrola ha firmado
este martes en València dos convenios clave con Cruz Roja Española y la
asociación Nuevo Hogar Betania. El objetivo: trabajar el acompañamiento
psicológico de los afectados directos y de todo su entorno en la llamada zona
cero.
Más de 700.000 euros en ayudas para los más vulnerables
El acuerdo
con Cruz Roja está dotado con 400.000 euros y se nutrirá de las aportaciones de
los propios empleados de Iberdrola España. El segundo convenio, con Nuevo Hogar
Betania, alcanza los 334.000 euros y financiará el proyecto Emergencia 365, centrado en proporcionar ayudas
económicas directas a familias de Alfafar, Algemesí, Benetússer, Catarroja, El
Saler, Massanassa, Paiporta, Picanya, Torrent y Utiel.
En el acto
participaron Mario Ruiz-Tagle, CEO de Iberdrola España; Jaime Alfonsín,
presidente de la Fundación Iberdrola España; Susana Camarero, vicepresidenta
primera del Consell; Rafael Gandía, vicepresidente primero de Cruz Roja
Española, y Begoña Arana, directora de Nuevo Hogar Betania. Todos coincidieron
en que ahora el gran reto es la salud emocional, especialmente en la infancia.
“Las casas se pintan, las cabezas no”
Ruiz-Tagle
fue directo: “Las casas se ven muy bien cuando se pintan, pero las cabezas no
se pintan, hay que escucharlas y apoyarlas”. Camarero, por su parte, quiso
agradecer a las entidades su implicación desde el primer día: “Habéis sido la
luz para tanta oscuridad, para tanto dolor y tragedia”.
Rafael Gandía
subrayó que la intervención irá más allá de las víctimas directas. “En los
pueblos todos se conocen: si no le ha pasado a uno, sí a sus vecinos o al
panadero. Se vive de forma colectiva”, dijo. Además, destacó que uno de los
focos prioritarios será la infancia: “Son los que más sufren en silencio, los que
menos expresan sus traumas, pero los que más secuelas pueden arrastrar si no se
interviene”.
Traumas que aflorarán en los próximos años
Desde Nuevo
Hogar Betania, Arana advirtió que muchas de las heridas psicológicas más graves
emergerán entre 2026 y 2028, sobre todo en jóvenes y adultos. Por eso, su
entidad centrará parte del convenio en ayudas materiales que permitan a las
familias cubrir las necesidades básicas y dejar espacio a la recuperación
emocional.
Desde
noviembre, han trabajado con más de 130 niños del CEPI Castellar-Oliveral,
ofreciéndoles campamentos de día y residenciales para ayudarles a manejar su
ansiedad. Han detectado comportamientos regresivos y miedo constante.
Reconstruir la red eléctrica costará más de 100 millones
Además de los
convenios sociales, Iberdrola ha suscrito este martes un acuerdo con el Consell
para ayudar a las familias que aún tienen electrodomésticos averiados por la
riada. “Todavía encontramos cuadros eléctricos llenos de lodo. Agua y
electricidad no se llevan bien”, apuntó Ruiz-Tagle. La compañía calcula que el
coste de reconstruir por completo la red eléctrica superará los 100 millones de
euros y prevé finalizar las obras en 2026.
El plan il.lumina, presentado en enero, busca garantizar una
red sólida y resistente ante futuras riadas. “Sin energía —ni eléctrica ni
emocional— es muy difícil seguir adelante”, concluyó el CEO de Iberdrola.
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