Luz y memoria iluminan Titaguas en su noche más mágica
La Noche de las Velas 2025 llena Titaguas de emoción y belleza con más de 30.000 cirios, música en vivo y un emotivo homenaje a las víctimas de la DANA
La noche más bonita
del año, la “más bonica” como matizan en Titaguas, volvió a brillar este sábado
en el corazón del Alto Turia. Titaguas, la joya de luz del interior valenciano,
encendió más de 30.000 velas en una nueva e inolvidable edición de su Noche
de las Velas, una cita que ha conseguido atraer un año más a miles y
miles de visitantes desde primera hora de la tarde, cuando las calles ya
comenzaban a engalanarse con velas apagadas a la espera de fuego, dibujos
efímeros y mensajes de esperanza. Este pequeño municipio, convertido por una
noche en un auténtico tapiz de luz y emoción, ofreció a vecinos y visitantes una
experiencia sensorial, artística y… profundamente humana.
Un homenaje encendido
en la memoria
La jornada arrancó con
un acto muy especial. Antes del encendido general de las velas, Titaguas acogió
un homenaje conmovedor a las víctimas de la DANA del pasado 29 de octubre.
Un centenar de personas pertenecientes a asociaciones de afectados y
damnificados por el temporal se dieron cita en el salón de actos del
Ayuntamiento, donde fueron recibidos por el alcalde Ramiro Rivera y
representantes institucionales. Rivera ofreció “la hospitalidad, el cariño y
la solidaridad de todo el pueblo de Titaguas”, una declaración que fue
acogida con aplausos y emoción contenida.
Las asociaciones agradecieron el gesto, destacando que “este tipo de espacios de recuerdo, arte y serenidad son imprescindibles para seguir adelante en un infierno que dura ya nueve meses y del que aún no vemos el final”.
En un gesto simbólico, las víctimas y afectados formaron una composición con velas frente a la iglesia, donde depositaron una ofrenda floral en recuerdo del 29-O, rodeados por una plaza abarrotada de público que acompañó el momento con la emoción a flor de piel.
Titaguas, una
constelación de luz
Tras el recuerdo y la memoria, llegó el momento de la luz. A medida que el sol se escondía entre las montañas, la magia se apoderó de las calles y rincones de Titaguas. El encendido colectivo fue progresivo y lleno de vida: calles, plazas, fachadas y rincones se transformaron en una constelación artística creada a mano por sus vecinos.
Cohetes, mariposas, soles, lunas, estrellas… también murales
con referencias a la tradición agrícola, a Simón de Rojas Clemente, a la
juventud local y a la música, tan profundamente arraigada en la identidad del
municipio. Un mosaico de luz y belleza para detener el tiempo por una noche en
la que cada visitante fue buscando su recuerdo, su instante, inmortalizado en
fotografías y selfies cuyo viaje virtual se inicia ahora.
Conciertos en cada esquina, poesía
en cada nota
A las 22:30 h. comenzaron los esperados miniconciertos simultáneos que, como cada año, convirtieron las calles de Titaguas en un tapiz sonoro tan vibrante como delicado. La música popular abrió paso de la mano de la Rondalla de Titaguas, mientras el grupo Revival transportó al público a la era dorada del pop con su homenaje a The Beatles. La energía flamenca se fundió con el rock en la actuación de Trankilamente, mientras el folk celta envolvía el ambiente con la propuesta de Lochlainn.
El Dúo Ebano aportó elegancia con una fusión
entre lo clásico y el flamenco, y el quinteto de metales Brasslencia Quintet
ofreció una interpretación rotunda que resonó con fuerza entre las fachadas
iluminadas. La música de cuerda, íntima y emotiva, llegó con Iris Arc, y el
silencio reverente de la iglesia se llenó de belleza gracias al violín de Lucía
Ventimilla y la potente versatilidad instrumental de TCH Horns. La diversidad
estilística y el talento de cada formación añadieron aún más brillo a una noche
en la que la música, como la luz, supo tocar el alma.
Un fin de semana para disfrutar
de Titaguas
Además, durante todo
el fin de semana, los visitantes han podido disfrutar de una programación
paralela que ha convertido la Noche de las Velas en un festival cultural al
aire libre. Talleres familiares, mercado artesanal, productos de la Marca
Reserva de la Biosfera del Alto Turia, teatro, astronomía con planetario y
telescopios, recitales de poesía y exposiciones han hecho de Titaguas un
destino de emociones, arte y sostenibilidad.
El pueblo como luz
colectiva
El primer edil titagüeño
Ramiro Rivera ha querido agradecer “la labor impagable de todo el
pueblo de Titaguas, su entrega, su ilusión, su capacidad para convertir una
idea en un referente”. El alcalde subrayó el valor de la implicación
vecinal, “sin la cual sería imposible organizar un evento tan multitudinario,
complejo y hermoso como este”. También agradeció el comportamiento ejemplar de
los miles de visitantes que han llenado una vez más las calles “con
civismo, respeto y ganas de disfrutar de una noche mágica”.
En Titaguas, la luz
es más que una decoración: es un acto de comunidad, de memoria y de futuro
compartido. Un ritual de belleza que cada año devuelve a la noche su poder
ancestral. Porque hay noches que no se apagan. Y esta, una vez más, ha brillado
para siempre desde Titaguas.
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