La CHJ asegura que limpió los cauces de Forata, Loriguilla y Buseo días antes de la DANA

Un informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar enviado a la jueza de Catarroja asegura que las labores de mantenimiento se realizaron en octubre de 2024, días antes del temporal que dejó 227 víctimas mortales.

Actuaciones previas a la tragedia

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha trasladado al juzgado de Catarroja un informe en el que certifica que la limpieza de los cauces de los embalses de Forata, Loriguilla y Buseo se llevó a cabo en octubre de 2024, poco antes de la DANA que azotó la Comunidad Valenciana y dejó un trágico balance de víctimas.

La documentación, elaborada por la Comisaría de Aguas, responde a la petición de la magistrada encargada de la investigación sobre la gestión del temporal, en la que se solicitaba información detallada sobre la capacidad de los embalses, la clasificación de peligrosidad, los coeficientes de seguridad, los aliviaderos y las actuaciones realizadas en materia de limpieza y conservación.

La gestión de los cauces y su impacto ambiental

El informe sostiene que las intervenciones previas a la DANA se centraron en la mejora de la vegetación de ribera, el control de especies invasoras como la caña, la retirada de acumulaciones de vegetación seca y la eliminación de elementos obstructivos en el cauce. Además, se realizaron pequeñas actuaciones de defensa de márgenes con técnicas de bioingeniería para reducir el impacto de la erosión.

La CHJ subraya que la limpieza de los cauces no puede entenderse como una eliminación total de la vegetación, ya que esta cumple una función clave en la estabilidad de los márgenes y en la regulación del caudal. La presencia de vegetación reduce la velocidad del agua, mejora la calidad hídrica y evita la erosión de los suelos. En este sentido, el informe advierte que la eliminación masiva de vegetación en los ríos podría agravar el problema en lugar de solucionarlo.

La respuesta ante la investigación judicial

Desde 2020, la inversión del Gobierno en la conservación de estos embalses ha sido significativa, con más de dos millones de euros destinados a Forata, cerca de cuatro millones a Loriguilla y más de tres millones a Buseo. La CHJ sostiene que estas actuaciones no solo han garantizado el mantenimiento de los cauces, sino que han cumplido con los criterios medioambientales exigidos por la normativa.

El documento también recalca que, en episodios meteorológicos extremos como la DANA de octubre, el arrastre de vegetación es inevitable y se suma al transporte de otros materiales sólidos, lo que dificulta atribuirle un papel determinante en los daños provocados por la riada. Según la Confederación, la magnitud del evento, la exposición de determinadas zonas a inundaciones y el desarrollo urbanístico en áreas vulnerables son factores que influyeron de manera decisiva en el impacto del temporal.

La investigación sigue en curso mientras la jueza analiza el informe de la CHJ junto con otros documentos aportados en el marco del procedimiento. La polémica sobre la gestión de la DANA y el papel de la Confederación en la prevención de sus efectos sigue abierta, con especial atención a las decisiones tomadas antes del desastre.

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