Chelva, el pueblo más infravalorado de Valencia según la revista 'Viajar'

Cada rincón de España tiene su encanto, aunque no todos reciben el mismo reconocimiento. Esto es lo que ocurre con Chelva, un municipio del interior de la provincia de Valencia que la revista especializada en viajes 'Viajar' ha catalogado como el más infravalorado del territorio.

Ubicado en la comarca de Los Serranos, a menos de 70 kilómetros de la capital, Chelva cuenta con una población de 1.677 habitantes y un rico patrimonio histórico y cultural, con monumentos y enclaves naturales que lo convierten en un destino ideal para una escapada.

Patrimonio monumental: historia en cada rincón

Uno de los principales atractivos de Chelva es la Iglesia Arciprestal Nuestra Señora de los Ángeles, declarada Bien de Interés Cultural en 2006. Considerada una de las mejores obras del barroco valenciano, tardó cerca de 80 años en construirse. Su torre de 60 metros de altura, que culmina con un reloj municipal, es uno de sus elementos más icónicos.

Otro de los puntos de interés es la Ermita de Santa Cruz, una de las pocas mezquitas que aún se conservan en la Comunitat Valenciana. Restaurada y convertida en centro cultural, su estructura original se mantiene intacta.

Chelva también alberga una de las mayores joyas de la ingeniería romana en España: el acueducto de Peña Cortada, declarado Bien de Interés Cultural. Construido en el siglo I d.C., todavía se conservan tramos a lo largo de 28 kilómetros, convirtiéndolo en uno de los más relevantes del país.

Entre los elementos más peculiares del municipio destaca la Fuente de la Gitana, de la que brota agua a través de veintidós caños. La fuente está decorada con un gran panel cerámico que representa dos imágenes icónicas: el escudo de la Villa de Chelva y una leyenda popular en la que se muestra a una gitana recogiendo agua.

Además, el municipio conserva un refugio de la Guerra Civil, situado a ocho metros bajo el suelo. Cuenta con dos accesos, uno en la calle Mª Antonia Clavel y otro en el presbiterio de la iglesia. Su interior, con una longitud de 42 metros, alberga una galería principal y otra secundaria, donde se refugiaban los habitantes de la zona. En su recorrido se pueden observar un candil de la época y un pequeño banco adosado.

Fiestas tradicionales: una experiencia única

Chelva es también un destino ideal para disfrutar de sus fiestas tradicionales, que reflejan su rica historia y cultura.

El 30 de abril se celebra la fiesta de Los Mayos, en la que la Rondalla de Benacatacera recorre las calles del pueblo mientras los vecinos se unen al recorrido. Esta celebración tiene su origen en una antigua tradición en la que los jóvenes del municipio cantaban coplas a las mozas y a sus madres durante la noche.

Otra festividad destacada es la de Los Tederos, vinculada a la celebración del Corpus Christi. Durante la noche del sábado previo a la procesión, se encienden teas alrededor de la Plaza Mayor y la jornada se anima con danzas folclóricas.

Las fiestas patronales de Chelva tienen lugar la última semana de agosto en honor a la Virgen del Remedio. Comienzan con una romería desde la Ermita del Remedio hasta la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de los Ángeles, un evento que reúne a gran parte de la comunidad local.

Un destino que merece mayor reconocimiento

Chelva es un claro ejemplo de un destino que, a pesar de su riqueza patrimonial y cultural, sigue siendo poco reconocido. La revista 'Viajar' lo ha señalado como el pueblo más infravalorado de Valencia, una realidad que también afecta a otras localidades de la Comunitat, como Villafamés, en Castellón, y Biar, en Alicante.

Con su combinación de historia, arquitectura y tradiciones, Chelva sigue siendo un destino por descubrir, ideal para aquellos que buscan una escapada en un entorno único y lleno de encanto.

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