La Clavaría de Sant Antoni cumple 60 años de historia en l'Eliana
Cada enero, l'Eliana se transforma en un epicentro
de tradición y cultura con la celebración de la festividad de Sant Antoni, una
de las más emblemáticas de la localidad. La llamada Fiesta Grande del Invierno
cuenta este año con una protagonista especial, y es que la Clavaría cumple 60
años de vida en la localidad. Por ello, en colaboración con el Ayuntamiento, ha
organizado una exposición conmemorativa que se inauguró ayer y que se podrá
visitar en la plaza del País Valencià hasta el próximo miércoles 22, para poder
conocer todos los aspectos de la señalada festividad.
Esta celebración, que tiene sus raíces en la
devoción a Sant Antoni Abat es mucho más que un evento religioso: es un reflejo
de la historia, las costumbres y la identidad colectiva del pueblo. Su
iconografía, con el característico porquet y la asociación al fuego, subraya su
papel tanto como guardián de los animales como mediador en la lucha entre el
bien y el mal. Aunque la fiesta cayó en declive a mediados del siglo XX, un
grupo de vecinos liderados por el sacerdote Ricardo Arnau revitalizó la
celebración en la década de 1960. Nació así la Clavaria de Sant Antoni, una
agrupación dedicada a preservar y promover las tradiciones del evento. Gracias
a sus esfuerzos, elementos como la foguera, la bendición de animales y los
panets cobraron nueva vida, convirtiéndose en pilares de la fiesta moderna.
La magia de la foguera y la tradición gastronómica
El fuego ocupa un lugar central en esta celebración.
En la víspera, la foguera ilumina la plaza, simbolizando la purificación y el
inicio de un nuevo ciclo anual. Durante esta noche, elianeros y elianeras se
reúnen alrededor del fuego para disfrutar de la Fesolà, un plato tradicional a
base de cerdo y legumbres. La receta, transmitida de padres a hijos, incluye
productos locales y simboliza la generosidad y el espíritu social de la fiesta.
Juan Espinosa Aguilar, es actualmente el encargado de realizar alrededor de
dieciocho perolas, que se cocinan la mañana del sábado en la calle Palacio y de
las que se reparten alrededor de tres mil raciones. Además, el evento también
incluye una xocolatà popular, acompañada de ensaimadas, que ofrece un dulce
cierre a las festividades.
Un espectáculo de fuego y danza
El correfocs con la simbología de la Santantonà,
introducido en 2011, y la Dansà, un baile tradicional valenciano, son ejemplos
de cómo l'Eliana combina innovación y tradición. En el correfocs, los dimonis
de la Penya de Coet desfilan con fuego, representando una lucha teatral entre
el bien y el mal. Sin olvidar la Cordà, una actividad ancestral recuperada que
incluye a pequeños y mayores. La Dansà, a cargo de la asociación folklórica La
Llauradora, trae a las calles las melodías de tabals y dolçaines y la
participación espontánea de vecinos y vecinas, en una expresión única de
identidad cultural.
El día grande: bendición de animales
El domingo, considerado la fiesta mayor, comienza
con una misa solemne en honor a Sant Antoni, seguida de la tradicional
bendición de animales y la distribución de panets, una tradición medieval que
simboliza la buena salud. Este acto, que atrae tanto a locales como a
visitantes, simboliza la protección y el cuidado hacia los animales durante el
año.
Mirando hacia el futuro
El alcalde, Salva Torrent, ha invitado a la
ciudadanía a visitar esta exposición y a conocer el testimonio vivo de una
festividad que es “un puente entre generaciones, uniendo pasado y presente y
garantizando que se siga celebrando el legado de Sant Antoni con la misma
pasión y entrega con la que lo ha hecho, durante más de medio siglo, la
Clavaría”.
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