Cultura y el IVAM continúan la evaluación de daños sobre las obras de arte de su colección almacenadas en Riba-roja de Túria
La Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo y el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) están evaluando las obras escultóricas de arte almacenadas en las naves de la Generalitat en Riba-roja que han sufrido los efectos de la DANA, para determinar su estado y nivel de daños y proceder a su restauración si es necesario.
Tras la primera evaluación, las obras de arte contenidas
en estos almacenes no presentan daños graves o irreparables. La Conselleria ha
creado una comisión de técnicos con el fin de supervisar estas actuaciones,
garantizando así la seguridad de las obras de arte.
De esta manera, se inicia la tercera fase del plan
de protección ante emergencias de la colección del museo almacenada en la nave
de Riba-roja de Túria. El plan se activó el pasado 1 de noviembre - una vez la
UME autorizó el paso a las instalaciones- con el objetivo de evitar o reducir
el posible daño causado sobre las obras custodiadas.
Respecto a las obras del IVAM almacenadas en
Riba-roja, es apenas el 0’7 % de la colección del museo, que cuenta en su
totalidad con alrededor de 14.000 obras de arte. Esta nave alberga, en su
mayoría, esculturas de mediano y gran formato de materiales resilientes como el
acero corten, el aluminio o el fibrocemento que permiten su conservación
preventiva en niveles de humedad relativa menos exigentes que en el caso de otros
materiales, como el papel.
Embalajes para proteger las piezas
La inspección de las primeras obras de arte
evacuadas revela que las cajas de almacenaje han evitado daños graves o
irreparables sobre las esculturas. Las piezas se conservan en embalajes de
madera diseñados específicamente para protegerlas. A su vez, la propia obra de
arte está resguardada dentro de la caja con material de amortiguación como
plástico de burbujas, planchas de espuma de polietileno o papel Kraft.
Asimismo, hay que recordar que las piezas no se almacenan en contacto directo
con el suelo, sino sobre estructuras.
Tras la primera visita de los técnicos, realizada el
pasado 1 de noviembre, se activó la primera fase del plan de protección de
colecciones ante emergencias. El plan contempla las intervenciones necesarias
en el momento en que irrumpe la emergencia, especialmente si conlleva la
evacuación de bienes culturales, así como una pauta de actuación inmediata para
su recuperación.
La primera fase consistió en el estudio de la
situación de la nave y de su entorno inmediato y en la definición de los
recursos humanos y materiales necesarios. Para ello se creó un equipo de
trabajo formado por técnicos del departamento de registro, conservación y
restauración que han trabajado diariamente, incluso durante el fin de semana.
En una segunda fase, debido a la falta de suministro
eléctrico en la zona, se contrató un grupo electrógeno para trabajar in situ y
proceder a la limpieza del suelo que hacía impracticable el acceso de
maquinaria específica. Esta tarea se prolongó durante una semana.
Tras diversas reuniones de trabajo se estableció la
operativa para la evacuación externa de las obras de arte, que comenzó el
viernes 8 de noviembre, siguiendo un estudio de prioridades de intervención.
Esta categorización se lleva a cabo atendiendo a factores como su ubicación
física, características de los materiales y posibles riesgos de daños sobre la
obra.
En una tercera fase, en paralelo a la evacuación,
los técnicos están realizando informes técnicos de cada una de las piezas para
evaluar los daños y escalar el volumen de intervención necesario sobre las
obras afectadas.
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