El vecino de Riba-roja fusilado en 1940 en Paterna recibe digna sepultura en el Cementerio Municipal
Vicente Giménez Martí, nacido en Riba-roja en 1914
recibió digna sepultura el pasado 13 de abril en el Cementerio Municipal de
Riba-roja de Túria, tras ser exhumados sus restos de la Fosa 126 de Paterna, la
Fosa de la Tierra, donde permanecía junto a otras 243 víctimas. Después de 84
años de su muerte, la familia recibió los restos para proceder a su sepultura
en su localidad de nacimiento.
El acto de homenaje fue organizado por la Associació
per a la Recuperació de la Memòria Democrática y el Ayuntamiento de Riba-roja
de Túria, en un acto de justicia social y de defensa de la libertad y la
dignidad de las personas, al que asistieron los familiares de Vicente y vecinos
y vecinas del municipio que quisieron acompañarle en este día. Durante su
intervención, la concejal de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Riba-roja,
Eva Lara destacó, “actos como éste evidencian la necesidad de la ley de memoria
democrática valenciana, una de las bases de la cual recoge la reparación de los
familiares de las víctimas de la represión franquista”.
Vicente Giménez Martí es uno de los veintidós
vecinos de Riba-roja que fueron fusilados y sepultados en fosas comunes a
finales de la Guerra Civil. Tres en Villar del Arzobispo, José Lerma Ingresa,
de 37 años, José Bigorra Pedrós, de 28 años y Amadeo Bellver Mas, de 36 años,
que todavía no han sido localizados pero todos los indicios los sitúan en la
saca del 21 de junio de 1939 en la localidad, otros nueve en Paterna, de los
que ya han sido identificados Francisco Gil Lozano, en la fosa 128 y Vicente
Giménez Martí, en la 126 y los restantes fueron enterrados en Riba-roja, de los
cuales, en la actualidad, queda uno por localizar. El primero de los fusilados
fue Tomás Gil Lozano, y todo parece indicar que está en el Cementerio de
Llíria.
De familia
humilde
Vicente era de una familia de labradores de origen
humilde. Toda su vida se dedicó al trabajo en el campo y al deporte y no se le
conocía ninguna militancia política. Fue acusado de haber participado en el
asesinato de Francisco Badía Soriano, vecino de la misma localidad, que tuvo
lugar en Llíria el 21 de septiembre de 1936.
La detención fue a cargo de la Guardia Civil y se
produjo en el campo mientras trabajaba la tierra. Este hecho causó gran
sorpresa y perplejidad entre quienes le acompañaban en el trabajo en aquel
momento y de todos cuántos le conocían, porque el relato de los hechos no
encajaba con la personalidad ni el carácter de Vicente.
Según los testimonios de la familia, fue su cabello
rubio y su piel clara, coincidente con la descripción de uno de los verdaderos
asesinos, los que propiciaron su injusta detención y acusación. Sin posibilidad
de alegaciones, fue encarcelado hasta la celebración del juicio que se celebró
en Llíria el 23 de noviembre de 1939, en el cual se le condenó a la pena
capital pese al testimonio de vecinos que aseguraron que él se encontraba en
Riba-roja de Túria el día de los hechos, y no en Llíria.
Finalmente cuando a la familia se les había
informado de su liberación y después de esperar todo un día a las puertas de la
Prisión Modelo de Valencia, les notificaron que estaba incluido en la “saca” de
ese día, que había sido fusilado en los muros de Paterna y soterrado en la fosa
126, el 29 de agosto de 1940.
El alcalde de Riba-roja, Robert Raga ha querido
reconocer el trabajo que realizan las asociaciones para la recuperación de la
memoria “en un gesto de dignificación del pasado, para reivindicar la memoria y
la reparación para las víctimas de la guerra y la dictadura y para sus
familias”. Raga ha asegurado, “vamos a seguir trabajando conjuntamente con el
Ayuntamiento de Villar del Arzobispo para localizar a los tres vecinos que, previsiblemente,
fueron enterrados en esta localidad y a los que se está intentando localizar”.
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