Elvira Lindo aborda el "desamparo infantil" ante el acoso en su nueva novela ambientada en el Rincón de Ademuz
Elvira Lindo publica este miércoles su nueva novela
de suspense En la boca del lobo, inspirada en los cuentos clásicos al crear su
propio "universo literario", ambientado en el paisaje rural de su
infancia en el Rincón de Ademuz (Valencia), sobre el drama del "desamparo
infantil" ante un caso de acoso.
"Por mucho que un lobo sea agresivo en
determinados momentos, nunca será tan amenazante como un hombre. Yo creo que el
lobo simboliza al hombre que sorprende a la niña en un bosque", ha
comentado la escritora en rueda de prensa, que ha desvelado que el libro surge de
la nostalgia que le daba al irse de este pueblo.
El pueblo valenciano de Ademuz es el de la madre de
Lindo, y es allí donde ella pasaba los veranos y donde recuerda, como lo ha
hecho este martes en la presentación del libro (a la venta mañana), cómo era
tan libre que el hecho de que acabaran las vacaciones le hacía pensar "no
me quiero ir", lo mismo que le sucede a su protagonista.
Y fue una visita a sus escenarios de la infancia
-para la grabación de un programa de televisión- lo que le hizo frenar en seco
el libro que estaba escribiendo y ponerse con En la boca del lobo (Seix
Barral): "este libro parte de la nostalgia que me daba al salir de esa
naturaleza", ha contado sobre el germen de este "cuento
clásico", donde hay lobos y "niños perdidos".
Justo lo que es Julieta, la protagonista, una niña
desamparada por su madre y víctima de abusos, un hecho que Lindo ha abordado
sin nombrarlo.
"Podría haber contado todo lo que ocurre cuando
un niño está desamparado ante un lobo, pero el lector lo imagina todo, y lo que
me importaba era que el lector, por las cosas que no se dicen, le quedara la
inquietud de las cosas que no se han dicho. No es que haya escrito el libro
para alguien, pero siendo un libro que roza lo fantástico hay verdades como
templos", ha explicado.
"No tengo voluntad de que los libros sean
terapéuticos, no quería que fuera un libro crudo, no quería que el libro fuera
bueno por eso, quería que envolviera y que provocara preguntas al lector".
Parte del éxito de conseguir que la dureza de la
trama fuera una buena digestión, Lindo ha recurrido a un entorno de una
naturaleza conocida y con personajes de perfiles familiares que conoce muy bien
(hay rasgos de sus tías maternas) porque la Lindo niña era conversadora y
observadora, como su protagonista, que acudía a los mayores para saciar su
curiosidad.
"Con cinco años tuve una amiga mayor -de unos
30 años- y nunca nadie me había tratado tan bien en mi vida (...) La persona
que en su vejez te habla de igual a igual es como si un alma estuviera hablando
a otra alma", ha apuntado.
Por eso los mayores son esos satélites llenos de
secretos silenciosos que giran entorno a Julieta, esa niña que irá creciendo y
dando una lección vital pese a lo que le ha pasado.
Consciente de que Manolito gafotas es la creación
por la que más se la conoce, la escritora (Cádiz, 1962) ha reconocido que los
libros que leyó en su infancia, y los que escuchó contados por sus mayores, le
han "ayudado" a escribir éste.
Así que Lindo ha dicho que "hay que mantenerse
firme", porque "la literatura que se escribe en el presente se
proyecta al futuro", al referirse a versionar clásicos de la literatura
para adaptarlos a la nueva realidad.
"Tener miedo de lo que pueda hacer un libro en
la mente de un niño es preocupante", ha afirmado al tiempo que ha
advertido que más miedo "tendría que dar la realidad de las armas en
Estados Unidos". Un país que conoce bien y donde al adaptar "Manolito
gafotas" dejaron en el "chasis" a este personaje y eliminaron
expresiones como "ese anda como un chino"
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