Riba-roja descubre restos de un gran pozo de agua en el yacimiento visigodo de València la Vella

 

Las excavaciones arqueológicas en el yacimiento visigodo de València la Vella en Riba-roja de Túria –impulsadas por el ayuntamiento y con la colaboración del Institut Català d’Arqueologia Clàssica de Tarragona- han hallado las evidencias de lo que podría tratarse de un gran pozo de agua que conectaría con la capa freática del cercano río Túria que se destinaría para el consumo humano de las personas que vivían en este asentamiento.

Los trabajos arqueológicos en este enclave histórico de Riba-roja de Túria han concluido con la séptima campaña de excavación de la antigua ciudad visigoda de València la Vella, cuya tarea forma parte de un proyecto de recuperación patrimonial desarrollado durante las últimas semanas, con la colaboración, además, del área de Cultura de la Diputació de València. En los trabajos han participado 10 alumnos de arqueología y seis técnicos de apoyo bajo la dirección de Josep Maria Macias, Albert Ribera y Miquel Rosselló. También se ha llevado a cabo el quinto curso de Arqueologia Cristiana i Visigoda del yacimiento.

La campaña de este año se ha centrado en la limpieza y recuperación de determinadas áreas del yacimiento arqueológico formado por tres capas, divididas en otras tantas alturas, y con una especial atención a la adecuación de nuevos segmentos de la muralla perimetral que envuelve todo el asentamiento, singular en la época en Riba-roja de Túria. Además, se ha localizado una nueva torre que forma parte de la muralla divisoria entre las plataformas intermedia e inferior de la ciudad visigoda. Hasta el momento, a lo largo de todas las campañas de trabajo, la limpieza ha sacado a la luz hasta diez torres en toda el área. 

La excavación ha permitido, también, el hallazgo de los restos de lo que podría ser las evidencias de una puerta de comunicación entre la plataforma mediana, con un carácter centrado en la artesanía y la parte residencial, y la gran plaza pública existente en la plataforma inferior de València la Vella. El descubrimiento de nuevos silos de almacenaje constata la evidencia de que esta área formaba parte de un recinto artesanal, además, especializado en la elaboración del vidrio. Este espacio se halla en un área contigua a la muralla en la que se habilitaron diversos hornos ya que el uso intensivo de los mismos los degradaba y obligaba a una construcción continuada.

Las tareas en València la Vella se ha completado con el hallazgo de un retablo de figura cuadrada en la parte superior y circular en su zona inferior que podría ser un gran pozo de agua que conectaría, si se confirman las primeras hipótesis, con la capa freática del río Túria existente cercano a la zona. En la parte superior se instalaría el mecanismo a través del cual se transportaría el agua para su consumo. De esta forma, la civilización visigoda de Riba-roja que vivió allí durante años podría consumir el agua procedente del propio río Túria.

Sin duda, la procedencia del agua para el consumo humano en este asentamiento es uno de los mayores interrogantes existentes, actualmente, respecto de València la Vella. Una de las vías de acceso al consumo del agua es directamente desde el cercano río Túria mientras que la otra procedencia podrían ser los diversos acueductos que se construyeron en su momento y del que existen estudios y hallazgos en diversos trabajos históricos.

Las excavaciones en el yacimiento han continuado con un sondeo realizado en la terraza superior del enclave arqueológico en la que se ha constatado la presencia de un horno metalúrgico que, a su vez, permitiría demostrar la alta ocupación existente en la plataforma intermedia. La función artesanal y residencial en el barrio central de la ciudad visigoda es una de las hipótesis que se han demostrado tras las tareas de los últimos años, con un espacio dedicado a diversas actividades económicas de sus habitantes, además de sus viviendas y los silos de almacenaje de productos.

Los trabajos de este año han concluido con la limpieza y la recuperación de un edificio de más de 25 metros de lago y 5 de ancho que se empezó a excavar a finales de los años 70 del siglo pasado y cuya posición meridional en la ciudad junto a la muralla que delimita la plaza pública. Esta situación permite pensar que se trata de un edificio público vinculado a las actividades comerciales de la época visigoda, formado por dos partes integradas por dos estancias y con accesos diversos.

El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, ha ensalzado “la ingente labor y trabajo que llevan a cabo cada año el equipo de arqueólogos junto a todos los alumnos participantes, con una labor muy importante para estudiar y trabajar sobre el terreno con el objetivo de conocer con mayor profusión todos los aspectos que envolvían a la civilización visigoda; cada año conocemos más aspectos y vicisitudes que nos ayudan a entender nuestro municipio a partir de nuestro pasado”.

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