El Gobierno reforzará las Reservas de la Biosfera como arma contra los incendios forestales
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico elaborará un estudio de cara a reforzar el papel de las Reservas de
la Biosfera en la prevención de los grandes incendios forestales, además de en
las actuaciones necesarias tras el fuego para mitigar las consecuencias en la población
y el medio natural.
Así será una vez que la XXI Reunión del Consejo de Gestores y Gestoras de la Red Española de Reservas de la Biosfera (RERB) haya acordado hoy en Agaete elevar esta propuesta de estudio prioritario para el 2023 al Organismo Autónomo Parques Nacionales, que se encargará de su contratación a partir del índice de contenidos que elaborarán de manera participativa las 53 áreas de esta categoría de la Unesco existentes en el territorio nacional.
“Las Reservas son espacios rurales en los que se
producen esos incendios”, recalcó la presidenta de la RERB, Benedicta
Rodríguez, que animó a los gestores y gestoras durante la sesión de esta
mañana, la segunda del encuentro en Gran Canaria tras la del martes en Tejeda,
a “aportar todos los contenidos que crean que debe contener este estudio”.
“La idea es identificar qué podemos hacer las
Reservas de la Biosfera más allá de las tareas que les corresponden a las
administraciones”, señaló el responsable de la Reserva de la Biosfera del Valle
del Cabriel de Valencia, Miguel Ángel Rubio. “Podríamos poner en práctica
herramientas de investigación, sensibilización y participación ciudadana que
ayuden a prevenir estos incendios, y, como por desgracia se seguirán
produciendo, también a ayudar en el escenario que queda tras estos episodios”,
agregó como anticipo.
“La realidad que queda detrás es durísima”, enfatizó
Benedicta Rodríguez, como pudo corroborar el propio Rubio, que vivió este
verano los efectos del incendio de la Venta del Moro, en el corazón del Valle
del Cabriel, donde quedaron arrasadas casi 5.000 hectáreas. “Acaba directamente
con lo que ven tus ojos desde que naciste”, resumió con el pinar de Tamadada a
sus espaldas, precisamente uno de los epicentros del fatal incendio que afectó
a más de 9.000 hectáreas boscosas de Gran Canaria en 2019.
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