Riba-roja abrirá al público en 2022 el yacimiento visigodo de València la Vella
Se trata de uno de los hallazgos más importantes descubiertos en la Península Ibérica y su origen se remonta a finales del siglo VI
La localidad valenciana de Riba-roja del Túria abrirá al público en 2022 el yacimiento de València la Vella para difundir el legado visigodo en los 50.000 metros cuadrados del asentamiento arqueológico, una zona que se convertirá en parque científico, educativo y turístico para dar a conocer las interioridades de la época.
Se trata de uno de los hallazgos más importantes
descubiertos en la Península Ibérica y su origen se remonta a finales del siglo
VI. La intención es poner en marcha este ambicioso proyecto a lo largo del
próximo año tras las seis campañas de excavaciones y trabajos llevados a cabo
por un equipo experto en arqueología visigoda.
En 2016 se retomaron las excavaciones y estudios
tras décadas de silencio y olvido que han permitido obtener mayor información
sobre esta importante civilización, recuerda el consistorio, mediante
excavaciones dirigidas por los profesores y arqueólogos Josep Maria Macias, Albert
Ribera y Miquel Rosselló.
La puesta en marcha de este parque científico y su
posterior acceso al público supone poner en valor una de las civilizaciones que
han dejado una mayor huella en Riba-roja a lo largo de las cinco hectáreas de
extensión ubicadas en la zona sureste del término municipal.
A solo 16 kilómetros de la capital y a poco más de
cuatro del Pla de Nadal, el otro yacimiento de la localidad, València la Vella
está encumbrado sobre de forma estratégica sobre una de las áreas más elevadas
con unas claras funciones defensivas.
Con unas reminiscencias arraigadas sobre el reino
visigodo emanado de Toletum, este enclave cumplió una función protectora sobre
el avance de la expansión romana. El rey Leovigildo fue el creador del centro
urbano militar con una arquitectura, una estructura y una fisonomía más potente
que la de la capital valenciana.
La pandemia y las restricciones sanitarias son las
razones que han impedido que el año pasado y este no se haya podido llevar a
cabo el curso de arqueología cristiana y visigoda. Sin embargo, sí se han
realizado excavaciones y estudios por parte de un equipo de arqueólogos cuya labor
ha permitido hallar la ciudad y la muralla que la envuelve, con más de 400
metros cuadrados y ocho torres.
En su interior se diferencian ya tres zonas
delimitadas. La primera nace en la parte superior coronada por una acrópolis de
carácter nobiliario en cuyo interior se erige un edificio con unas funciones
exactas están en estudio.
Tras este estrato, un segundo escalón permite
diferenciar un sector medio que alberga una residencia y diferentes estancias y
estructuras de carácter artesanal, además de productos hallados sobre este
asentamiento.
UN CENTRO
COMERCIAL Y MONEDAS DEL REY LEOVIGILIDO
En la zona inferior del yacimiento sobresale una
plaza pública con diversos edificios y estructuras que podrían conformar un
centro comercial de época visigoda de proporciones notables.
Las excavaciones que se han realizado durante los
últimos años han permitido rescatar más de 200 monedas de bronce, diversas de
oro del rey Leovigilido y otras acuñadas de la misma época, entre otras.
Para difundir estos tesoros arqueológicos, el
Ayuntamiento ha diseñado un plan que se plasmará en 2022 con la puesta en
marcha del parque arqueológico, con carácter didáctico y divulgativo para
visitantes y turistas y paneles explicativos en cada estancia. Formará parte de
las visitas guiadas que actualmente se ofrecen como reclamo a lo largo del
casco urbano y el resto del término municipal.
Como alcalde de Riba-roja, Robert Raga alaba la
labor de los arqueólogos y los participantes en las excavaciones y llama a
continuar en la misma línea de investigación para dar a conocer todo el
patrimonio arqueológico existente en la localidad.
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