Llíria promueve un proyecto para obtener gas renovable de sus residuos urbanos
El Ayuntamiento presenta una planta de biodigestión promovida por Genia Bioenergy con el apoyo de Enagás, que será capaz de generar más de 13 millones de m3 de gas sostenible
El Ayuntamiento de Llíria ha dado a conocer hoy un proyecto vanguardista en la gestión de sus residuos orgánicos con la construcción de una planta que producirá gas de forma sostenible a partir de la acción de bacterias anaerobias, que viven en ausencia de oxígeno, sobre los residuos que se producen en la localidad.
La planta está promovida y diseñada por Genia
Bioenergy, ingeniería energética valenciana especializada en energías
renovables y cuenta con el apoyo de Enagás. Será capaz de biodigerir 90.000t de
los residuos orgánicos que se generan en la localidad cada año iniciando un
modelo de sostenibilidad, descarbonización y economía circular.
El proyecto ha sido presentado hoy con la presencia
del alcalde Manolo Civera, la directora general de Industria y Energía, Empar
Martínez, y el Ceo de Genia Bioenergy, Gabriel Butler.
En el proceso, los residuos orgánicos de todo tipo,
desde la fracción orgánica de los RSU, hasta los producidos por la actividad
agroalimentaria y el estiércol de ganado vacuno, se convertirán mediante
procesos biológicos naturales (la acción de las bacterias) en 13 millones de m3
de gas cada año o unos 60 GWh/año de energía térmica. Con el gas producido
podrían cubrirse las necesidades de 8.500 hogares.
El gas obtenido de fuentes renovables será sometido
a un proceso de depuración para ser convertido en biometano e inyectado en la
red de gas natural, desde donde se distribuirá para su consumo en industrias,
hogares o como combustible para vehículos.
Beneficios
medioambientales
Además de obtener un valor en forma de energía
renovable a partir de residuos, el proceso incluye importantes beneficios
medioambientales para Llíria y el planeta. Resuelve el problema de la necesidad
de gestionar de forma sostenible los residuos, pues reduce el almacenamiento en
vertederos y facilita adecuarse a la normativa europea que exige que en 2035 no
más del 10% de los residuos acaben allí. Evita la emisión de gases de efecto
invernadero a la atmósfera, reduce la emisión de olores, la proliferación de
insectos, patógenos y otras molestias. En el proceso se produce también un
substrato con alto contenido en productos fertilizantes de fácil absorción por
las plantas que puede volver a la tierra iniciando un ciclo de economía
circular.
El alcalde Manolo Civera ha anunciado que el
proyecto que se inicia ahora y se situará en el sector industrial de Capa
Blava, “podría estar operativo a comienzos de 2024, tras obtener todas las
autorizaciones administrativas pertinentes que vamos a tratar de agilizar en la
medida de lo posible”, al mismo tiempo que ha querido agradecer “todo el apoyo
que ha prestado a la iniciativa la secretaria autonómica Rebeca Torró” que no
ha podido asistir al acto.
“Con esta
planta, Llíria se sitúa en la vanguardia en cuanto a la gestión residuos,
conseguimos obtener valor de ellos, en forma de energía renovable y productos
fertilizantes, reducimos la emisión de gases de efecto invernadero dando un
paso hacia la descarbonización y la economía circular”, ha destacado también el
primer edil.
La instalación, una vez en funcionamiento, creará 12
puestos de trabajo cualificados directos para su gestión y otros 60 indirectos.
Esta es una iniciativa vanguardista en España, donde
actualmente solo 2 instalaciones similares inyectan gas renovable a la red,
frente a las 232 de Alemania o las 131 de Francia. En este sentido, Gabriel
Butler, Ceo de Genia Bioenergy, ha afirmado que este tipo de proyectos
ecosostenibles “son estratégicos para nuestro país, pues ofrecen solución a dos
problemas acuciantes, la necesidad de gestionar los residuos que generamos de
forma sostenible y la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles
fósiles e importados”.
El biogás y el biometano son las únicas energías
provenientes de fuentes renovables que pueden generarse independientemente de
las condiciones de sol o viento, usarse para cualquiera de las grandes
aplicaciones energéticas: eléctrica, térmica o como carburante y puede ser
almacenada con facilidad para ser usada cuando se necesita. Por eso, en toda
Europa se considera como una importante alternativa energética sostenible que
consigue aplicar la economía circular a la producción de una energía limpia.
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