“Las grandes plantas fotovoltaicas son una agresión al mundo rural”

 CCPV- COAG considera que las zonas rurales se están convirtiendo en zonas de explotación intensiva “sometidas a un modelo extractivista”

© LUIS IBÁÑEZ | Las zonas rurales y periféricas “están sometidas a un modelo extractivista en el que su papel es el de producir bienes y servicios baratos para los grandes centros de consumo, sufriendo las consecuencias sociales, económicas y ambientales que de ello se derivan” afirman desde la organización agraria, Coordinadora Campesina del País Valenciano (COAG).

Como resultado “tenemos un medio rural desposeído y vaciado, en el que el despoblamiento, el envejecimiento y la masculinización son la dinámica poblacional, y en el que las actividades agrarias no son consideradas socialmente como una alternativa de futuro viable y digna” añaden.

Este abandono constante de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales favorece “la acumulación por parte de capitales, fondos de inversión o terratenientes, para quienes la tierra es un factor productivo más sobre el que acumular capital, ya sea explotando sus cultivos, construyendo viviendas u hoteles o instalando plantas eólicas, termosolares o fotovoltaicas”, señalan.

“La actual explosión de solicitudes de instalación de plantas fotovoltaicas concentradas en determinados municipios -agregan- responde a esta lógica. No se justifica por la emergencia ante el cambio climático. Llevamos 50 años de emergencia y poco o nada se ha hecho al respecto. Tampoco es posible, por motivos físicos y geológicos, sustituir todo el consumo de energía fósil de nuestra sociedad por energías renovables”.

La elección de la ubicación de las plantas “tampoco responde a criterios de eficiencia ni atiende a su posible impacto medioambiental, sino que se sitúan donde más barato resulta o más se facilita el acceso a la tierra” aseguran las fuentes.

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