Las nuevas excavaciones arqueológicas en la ciudad visigoda de València la Vella constatan su "monumentalidad"
+ TURIA | La intervención forma parte del proyecto
de investigación y de difusión impulsado, desde 2016, por el Ayuntamiento de
Riba-roja de Túria
La última campaña de
excavaciones arqueológicas en la ciudad visigoda de València la Vella, en Riba-roja
de Túria, ha supuesto "la constatación de la monumentalidad interior de la
ciudad visigoda" reflejada, por ejemplo, en un gran muro de tres metros de
anchura que delimitaba las plazas principales y servía de base en una muralla
interior, según ha explicado el Ayuntamiento.
Entre finales de agosto
e inicios de septiembre se ha llevado a cabo una nueva campaña de excavación
arqueológica en la ciudad visigoda de València la Vella. La intervención forma
parte del proyecto de investigación y de difusión impulsado, desde 2016, por el
Ayuntamiento de Riba-roja de Túria con la colaboración y supervisión científica
del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona. La actuación cuenta,
al igual que los años anteriores, con la financiación del área de Cultura de la
Diputación de València.
Este año, la pandemia
COVID-19 ha desaconsejado la realización del V Curso de Arqueología Cristiana y
Visigoda, en que participaban una veintena de estudiantes de arqueología, y se
ha optado por una intervención arqueológica profesional, sin estudiantes, en
colaboración con la empresa Global Mediterráneo, ha informado el consistorio en
un comunicado.
Las cuatro campañas
anteriores (2016-2019) habían definido el marco cronológico principal del
yacimiento, entre los fines del siglo VI y el inicio del VIII, y habían
delimitado el espacio del recinto fortificado, excepto el límite occidental.
Además, habían
confirmado la categoría urbana de València la Vella, habían evidenciado la
existencia de varios edificios monumentales, todavía por terminar de excavar, y
habían descubierto una vida cotidiana "muy dinámica con el uso abundante
de la moneda" (visigoda, bizantina, vándala, romana reutilizada...), la
fabricación de vidrio y el consumo normal de productos importados del Norte de
África, Siria-Palestina y el Egeo.
Los resultados de la
campaña de 2020, todavía en fase de estudio, "permiten avanzar todavía más
en el conocimiento y la caracterización de los diferentes sectores urbanísticos
de la ciudad visigoda, mediante los hallazgos arqueológicos, la topografía y
las cada vez más evidentes estructuras de aterrazamiento, que se confunden o
están ocultas por los márgenes de los campos de cultivos modernos", ha
detallado el Ayuntamiento.
En cuanto a los
resultados recientemente obtenidos, el consistorio ha destacado "la
constatación de la monumentalidad interior de la ciudad visigoda reflejada, por
ejemplo, con el gran muro de borde tres metros de anchura que, al mismo tiempo,
delimitaba una de las plazas principales y serviría de base en una muralla
interior que delimitaba uno de los barrios de la ciudad, el intermedio, que, de
momento, parece que alojaría actividades productivas y de vivienda de buena
parte de la población".
Pequeños hornos y edificio monumental
En esta línea, durante
la campaña de 2020, en el interior del barrio se han excavado unos pequeños
hornos que todavía hay que estudiar e identificar y que, en todo caso,
certifican todavía más la función de este barrio situado entre la parte
superior, la ciudadela, y la inferior.
La ciudadela, que se
extendía por el largo espacio más elevado, en forma de media luna, y que estaba
presidido por un monumental edificio, en curso de excavación y estudio,
albergaría alguno de los estamentos privilegiados de la sociedad de la época,
posiblemente el religioso.
Los trabajos de este año
han sacado a la luz una buena parte de su fortificación interior, que en gran
parte estaba escondida por la densa vegetación intrusiva que a los últimos años
está afectando al yacimiento.
El tercer barrio topográficamente
diferenciado sería el de la parte baja, donde se concentran los edificios más
monumentales, identificados por excavaciones anteriores de hace 40 años y otros
más, muy visibles a fotos aéreas y planos antiguos. Desgraciadamente, la parte
baja, de momento, no es accesible en la investigación.
Núcleo densamente edificado y organizado
Hasta ahora, la muralla
se había concebido como el principal elemento de patrimonio arquitectónico
conservado, pero las diversas estructuras de aterrasamiento que se han
identificado confieren en la ciudad un aspecto de núcleo densamente edificado y
muy organizado, con barrios jerárquicamente y funcionalmente diferenciados,
como dan a entender los hallazgos y las importantes estructuras de contención y
urbanización de un cerro fortificado que destacaba unos cuarenta metros por
encima del río Turia.
A estas alturas, el
proyecto de investigación desarrollado ha permitido interpretar el yacimiento
de València la Vella como una ciudad visigoda fortificada de nueva creación, en
la segunda mitad del siglo VI y, de la reciente revisión, con 5 ha de
superficie.
Su muralla constituye
hoy en día el elemento más relevante del yacimiento. Hasta la actualidad, el
proyecto solo ha excavado unos 250 metros y se ha establecido un perímetro
amurallado teórico de unos 981 metros, de los cuales hasta ahora se han
documentado unos 416 metros.
Todavía permanecen
muchos segmentos ocultos por la vegetación o los terraplenes, además de los de
la parte occidental, en gran parte destruidos por obras ilegales entre 1978 y
1990, que se podrán restituir gracias a las fotos aéreas antiguas. Ya se han
identificado el acceso principal en la ciudad y siete torres de un máximo
teórico e 25 o 28.
El gran reto para el
futuro es la investigación de los edificios del interior la ciudad, en gran
parte localizados pero todavía para interpretar, y, por último, la creación de
un Parque Arqueológico para hacer accesible a todo el mundo València la Vella.
Los trabajos de
excavación han sido dirigidos por Miquel Rosselló i Alejandro Lara, veteranos
de otras campañas. Josep M. Macias, del Instituto Catalán de Arqueología
Clásica de Tarragona, ha codirigido los trabajos y se ha encargado de la
topografía de la excavación, de revisar sobre el terreno el trazado de la muralla
en su parte occidental y de la delimitación de la fortificación interna de la
parte superior del yacimiento.
También se ha contado,
como otros años, con la colaboración del profesor Jordi Padin del Departamento
de Geodesia de la Universitat Politècnica de València para realizar una
prospección previa con Geo-radar. La coordinación del proyecto ha estado a
cargo de Albert Ribera.
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