La UV estudia el “desarrollo y resiliencia” de las áreas rurales como “espacios de oportunidad postCovid”
+ TURIA | El objetivo central es avanzar en el
conocimiento sobre el potencial que tienen los espacios rurales como espacios
de oportunidad
El Grupo de
Investigación Uderval de la Universitat de València (UV) ha iniciado dos
proyectos de investigación sobre los efectos de la Covid-19 para el desarrollo
rural y la revalorización de los pueblos como espacios de oportunidad.
Las investigaciones de
este grupo, que pertenece al Instituto de Desarrollo Local del Departamento de
Geografía e Historia, las realizan Javier Esparcia, Irune Ruíz-Martínez y Jaime
Escribano.
Los trabajos se enmarcan
dentro del proyecto Robust de la Unión Europea y están dirigidos por el
profesor Esparcia. El objetivo central es avanzar en el conocimiento sobre el
potencial que tienen los espacios rurales como espacios de oportunidad, y en
qué medida esto puede, a su vez, contribuir a una mejor articulación
territorial urbana-rural, explica la institución académica en un
comunicado. Hasta ahora se ha
observado como muchas áreas rurales se han despoblado y abandonado. El
envejecimiento creciente de la población, el descenso por la emigración y la
baja natalidad han ido contribuyendo a esta tendencia, a la que se han sumado
un declive en la oferta y disponibilidad de servicios tanto público como
privados, los problemas de movilidad o el acceso a servicios de internet, entre
otros. Pero después del confinamiento
derivado de la crisis sanitaria de la Covid-19 parece, tal como manifiesta el
equipo Uderval, que se están revalorizando los espacios rurales.
Parte de la ciudadanía
está viendo que los pueblos, con las restricciones a la movilidad y con el
incremento de las opciones del teletrabajo, constituyen una alternativa
residencial razonable, con una importante calidad de vida. “Pero para eso, se
tienen que satisfacer las necesidades de la población”, apuntan. El
equipo Uderval quiere evidenciar esta tendencia y detectar medidas para
potenciarla. Por eso, el primer estudio: ‘Resiliencia rural frente al covid-19:
la movilización del tejido productivo y la respuesta a las necesidades de la
población rural’ es una investigación que tiene como objetivo analizar cómo las
áreas rurales han desarrollado mecanismos de resiliencia como respuesta a los
condicionamientos derivados de la crisis sanitaria. A partir de la recogida de datos de
diferentes agentes están confirmando múltiples ejemplos de cómo la población
rural ha continuado disponiendo de suministros de todo tipo. Así, se ha
demostrado como la movilidad reducida puede no ser un obstáculo como se suponía
y se han puesto de relieve aspectos relacionados con la respuesta del tejido
productivo y de la población local.
Además, “el tejido
comercial ha respondido de manera admirable a una situación crítica, no solo en
función de una perspectiva de mejorar de beneficios sino, probablemente más
importante, de servicio a la comunidad, un valor tan arraigado y que constituye
un activo social tan importante en las comunidades rurales”, recoge el estudio.
Redes de solidaridad
Según el equipo de
investigación, donde no ha podido llegar ese tejido comercial, convertido en
“verdaderas redes de solidaridad”, los habitantes han recurrido a servicios de
transporte que han sido igualmente eficaces, de forma que prácticamente todos
los habitantes rurales han podido satisfacer sus necesidades más importantes.
Por otro lado, el
segundo trabajo de investigación: ‘El acceso a nuevas tecnologías de la
comunicación en las áreas rurales: ¿freno o estímulo como espacios de
oportunidad postCovid-19?’ analiza cuáles son las medidas aplicables para
mejorar y acondicionar estas áreas en vista a darles una nueva
oportunidad. La crisis sanitaria ha
puesto de relieve que los espacios rurales son también espacios de oportunidad,
y que desde las administraciones públicas se han de hacer todos los esfuerzos
posibles por reducir la brecha digital, en línea con los objetivos de la Agenda
Digital Europea, que prevé el acceso de cada habitante a conexiones de al menos
30 Mbps antes de finalizar el 2020.
Por ello, desde Uderval, también en el marco del proyecto Robust, y en
colaboración con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, están
desarrollando una investigación con todos los municipios rurales de la
Comunitat Valenciana. Se pretende, más
allá de los datos que aportan las operadoras, saber cuál es la situación real
en la que se encuentran nuestros pueblos en aspectos como la disponibilidad de
servicios de internet y el grado de satisfacción de sus habitantes, los
sectores económicos que más negativamente se están viendo afectados, el grado
de transformación digital en el que se sitúan los ayuntamientos, o las acciones
que serían necesarias para mejorar los servicios y contribuir a una reducción
significativa de la brecha digital, mejorando con ello el posicionamiento de
los espacios rurales como espacios de oportunidad en la era postCovid-19.
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