“Ha venido Mayo, bienvenido sea”
© José Luis Alcaide Verdés, Presidente de la Asociación
Cultural Las Alcublas | Con estas palabras empieza el canto de los
Mayos en Alcublas y en otros muchos pueblos valencianos, dando la bienvenida a
un mes que es considerado tradicionalmente como un mes de plenitud: el mes de
las flores, el mes de María para los católicos, un mes lleno de rituales
festivos y sociales -romerías , comuniones, etc.-, y un mes en el que damos la
bienvenida al buen tiempo y a una naturaleza exuberante.
Este año también llega
mayo pero de una manera muy diferente: la pandemia del Covid-19 nos ha tenido
semanas en casa encerrados y ha obligado a descartar o modificar muchas pautas
de comportamiento social que no sabemos muy bien cuándo podremos recuperar. El
placer de dar dos besos a la familia y amigos , de chocar la mano o de
abrazarnos, de sentarnos a charlar alrededor de una mesa, de caminar
despreocupados por las calles, ese
placer ha quedado aparcado y su lugar lo ocupa el dolor por los fallecidos y
enfermos, el miedo al contagio y la incertidumbre sobre cómo será la que
políticos y periodistas han venido en llamar “desescalada” -¡menudo “palabro”
han elegido, ya les vale...!-, y el temor a que la pandemia se revitalice y nos vuelva a dejar encerrados y
aislados otras largas semanas más.
El año pasado todos en
Alcublas por estas fechas estábamos inmersos en una actividad frenética,
preparando lo necesario para la romería de la Cueva Santa, en ACLA estábamos
también ultimando la exposición sobre el Grupo de Campaneros y la restauración
del “cimbanillo” de nuestra torre,
planeando quiénes subiríamos a voltear al regreso de la romería y
preparando con ilusión para esa misma noche el Canto de los Mayos a las
Festeras de ese año.
Este año todos esos
planes se han visto truncados y la resignación, cuando no el desánimo, se ha
apoderado de prácticamente todos. En estos momentos tan peculiares en ACLA nos
hemos acordado de todos los vecinos del pueblo, amigos y no amigos, y de los amigos que no residen en él pero con
quienes nos reunimos en Alcublas, nos ha parecido oportuno dedicar unas
palabras de aliento a todos y, muy especialmente a los festeros y festeras de
este año que tanto estaban trabajando para que llegase este momento y para
dedicarnos un fin de semana de la Cueva Santa espectacular.
A ellos, a los festeros,
decirles que, como dice la sabiduría popular, “A grandes males, grandes
remedios” y que como dicen los gurús de las finanzas y los psicólogos, toda
crisis lleva aparejada una oportunidad de mejora y de crecimiento personal. No
os desaniméis, sed imaginativos y sobretodo no perdáis la ilusión, porque con
la ayuda de todos nosotros sabéis que contáis de antemano.
Así que quedémonos con
lo bueno: mayo ha llegado y le damos la bienvenida porque trae consigo algunos
signos de mejoría, porque nos trae la posibilidad de ir recuperando algunos
trocitos de normalidad, y sobretodo nos trae esperanza. Esperanza y una
sonrisa, esa sonrisa que sin querer se nos pone en la cara cuando pensamos en
el momento en el que todos podremos reunirnos de nuevo y abrazarnos, y chocar
las manos, y sentarnos a charlar alrededor de una mesa, y caminar
despreocupados por las calles...
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