“Eres la luz”
+ TURIA | 15.000 velas volvieron a pintar de magia
la Noche de las Velas de Titaguas
Si hay contratiempo
(lluvia aparte) que pueda afectar al encendido de una vela, ese es, sin duda,
el viento. Y si hay algo que pueda hacer frente a tal inclemencia es la pasión
de todo un pueblo por mantener viva una tradición que ha convertido a Titaguas
en capital de la provincia por un día.
La localidad del Alto
Turia se dio cita este sábado con su Noche de las Velas, en uno de los grandes
espectáculos veraniegos de la Serranía valenciana. 15.000 velas, ni más ni
menos, iluminaron las calles y rincones de este hermoso municipio serrano en
una noche mágica, “la más bonica del año” tal como expresan los propios
titagüeños, en una jornada donde la luz, la magia y la música se dan la mano
para convertir a Titaguas en un escenario único.
Como en años anteriores
desde que se pusiera en marcha la iniciativa en el año 2013, la Noche de las
Velas calienta motores con numerosas actividades diurnas. Planetario, catas de
vinos, artesanía, el proyecto Hilando Vidas… dieron luz al día mientras, a
partir de las siete, se daba forma a las creaciones que iluminarían la noche.
Creaciones que este año
han tenido en el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna uno de sus
principales temas. Con la Plaza de la Iglesia como centro radial, el resto de
calles y rincones fueron esbozando lo que, dos horas más tarde serían esos
óleos “hechos de luz”. A las 21:30 h. llegaba el momento mágico, el que
desconecta al mundo de sí mismo, apagando la luz eléctrica y dando paso a la
luz verdadera, las de esas miles de velas que, esforzadas a base de tesón y
paciencia de miles de manos, se enfrentaron al viento para salir victoriosas de
tan animada batalla.
Titaguas es luz en su
Noche de las Velas, y también es música, que, bien se sabe, tocada al tenue
fulgor de la llama, también suena diferente. Así fueron sonando los compases de
la Rondalla, del saxofón, de la guitarra acústica y de la voz, en una fusión de
magia y sonido que solo se puede encontrar este día a esta hora en este lugar.
Nos quedaremos con una
de las composiciones lumínicas que iluminaron uno de esos rincones mágicos de
Titaguas y que rezaba (literalmente): “Eres la luz”.
Y lo es.
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