Les Corts aprueba la nueva Ley de Estructuras Agrarias de la Comunitat
+ TURIA | La ley favorece la movilidad de la
tierra, define el suelo agrario infrautilizado y ofrece alternativas para su
uso sostenible, incluyendo la creación de una red de oficinas gestoras de
tierras
La nueva Ley de
Estructuras Agrarias de la Comunitat Valenciana ya es una realidad, tras ser
aprobada por el pleno de Les Corts Valencianes por unanimidad.
La Cámara ha dado el
espaldarazo a un "instrumento fundamental", ha subrayado la
consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural,
Elena Cebrián, "para abordar cambios en los fundamentos que el sector
productivo agrario valenciano requería desde hace tiempo y que le fortalecerán
frente a crisis como la citrícola actual". Al Pleno han asistido también
representantes de las organizaciones agrarias.
Elena Cebrián se ha
mostrado convencida de que la nueva ley "va a ser útil para lograr
explotaciones modernas, económicamente rentables y social y territorialmente
sostenibles, que es su principal objetivo".
Para ello integra la
normativa preexistente, tanto autonómica como estatal, actualiza y desarrolla
aspectos no contemplados en las leyes en vigor, e introduce innovaciones
mediante nuevos instrumentos para impulsar la mejora de las estructuras agrarias
en la Comunitat Valenciana.
En términos generales,
la ley favorece la movilidad de la tierra, define el suelo agrario
infrautilizado y ofrece alternativas para su uso sostenible, incluyendo la
creación de una red de oficinas gestoras de tierras, que consolida y apoya a
las experiencias de bancos de tierras existentes. Prevé la constitución de la
red de tierras que contribuirá a contactar la oferta y la demanda de parcelas
agrarias y movilizar suelo.
Asimismo, ofrece
herramientas de planificación e información para las políticas agrarias tales
como los mapas agronómicos; un plan de actuación sectorial, que sistematice la
planificación integral en cultivos de regadío y secano; los parques agrarios,
como figura adecuada para dinamizar y defender la actividad agraria en los
sistemas locales periurbanos, o la figura de la Iniciativa de Gestión en Común.
Podrán acogerse a esta
última figura las explotaciones asociativas o agrupaciones de explotaciones con
voluntad unitaria para poner en marcha un plan de gestión de cultivo en común
que, en consecuencia, podrán verse beneficiadas por las medidas de reestructuración
y beneficios fiscales.
Y es que la ley
contempla medidas de apoyo público a la reestructuración parcelaria para
conseguir explotaciones con estructura y dimensiones viables e introduce
incentivos fiscales, más allá de los beneficios que considera la legislación
estatal, que incluyen deducciones para transmisiones y cesiones de fincas
rústicas a favor de profesionales de la agricultura, así como a las fincas
incorporadas a las Iniciativas de Gestión en Común y a la Red de Tierras.
Agricultura y cambio climático
"Es fundamental la
promoción de inversiones encaminadas al ahorro en el uso del agua y la energía",
ha subrayado Elena Cebrián. Con este objeto, la ley favorece la promoción de la
adaptación y mejora de los regadíos y medidas que fomentan el uso racional y
eficiente del agua; se incorporan las obras con objetivos ambientales, en
relación a la adaptación y mitigación del cambio climático, y se consideran la
promoción de las energías renovables y las intervenciones para conectar el
medio rural con la sociedad de la información y la comunicación.
En definitiva, la nueva
Ley de Estructuras Agrarias sienta las bases para un necesario cambio
estructural de la agricultura valenciana, un sector estratégico aquejado de
debilidades tales como el elevado minifundismo, la dispersión parcelaria, la
excesiva relevancia de la agricultura a tiempo parcial, el envejecimiento o la
falta de relevo generacional, junto a la escasa movilidad del mercado de
tierras y la atomización de las estructuras comerciales, que sitúan a los
productores en una situación de desventaja en la cadena de valor.
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