La Diputación de Teruel busca compradores para mantener la actividad en la mina de Riodeva
+ TURIA | El presidente de la institución provincial
se reúne con el Ayuntamiento local para buscar soluciones a la situación
Fotografía : José-Martín Crespo |
El presidente de la
Diputación Provincial de Teruel, Ramón Millán, y el responsable técnico del
programa 113 EMPRESAS SOSTENIBLES de la institución, Luis Muñoz, han mantenido una
reunión de trabajo con los máximos responsables del ayuntamiento de Riodeva con
su alcaldesa a la cabeza, María Dolores Llovera, acompañada del concejal
Alfredo Soriano y del ex concejal Julio Esteban.
El objetivo ha sido
buscar alternativas al cierre de las minas de silicio y caolín de la localidad
y defender así la actividad y el empleo en esta zona de la provincia de Teruel.
“El objetivo primordial del programa 113 EMPRESAS SOSTENIBLES es mantener la actividad
económica, propiciarla y ofrecer alternativas así que en este caso, creemos que
es indispensable actuar como mediadores para poder contactar con posibles
empresas interesadas en adquirir las minas para que éstas prosigan con su
actividad y evitar un nuevo cierre dramático y de nefastas consecuencias para
esta localidad y las vecinas“, explica el presidente Ramón Millán.
Millán matiza que
“aunque los puestos de trabajo que se pierden puedan parecer pocos a priori en
comparación a otras minas, para Riodeva y toda su zona de influencia, son
vitales porque todos ayudan a mantener vivo nuestro territorio y sin estas
minas, Riodeva está condenada a muerte”, recuerda Millán.
De hecho, ante la
situación en la que se encuentran en este municipio de la ribera del Turia tras
el cierre de las minas de caolín, una de las más importantes de la provincia,
la institución provincial ha creído necesario conocer en primer término la
situación actual real, las posibles afecciones y ante todo, las alternativas
viables para mantener abiertas las minas.
Tras la reunión de
trabajo, se ha recabado información muy útil sobre los distintos tipos de
productos y subproductos mineros que tradicionalmente han salido de la mina de
Riodeva, como el feldespato o el sílice, con el fin de conocer sus aplicaciones
y salidas al mercado. “Entendemos que estos productos tiene muchas aplicaciones
y salidas como para que la actividad se pueda mantener y no repercuta
negativamente en esta población que siempre ha vivido de sus minas así que nuestro
trabajo pasa por contactar con posible compradores para que se siga con la
actividad extractora”, remarcaba Millán.
Según detalla el técnico
del programa 113 EMPRESAS SOSTENIBLES, Luis Muñoz, estos productos y la arena
pueden usarse para limpieza de fachadas o también para instalaciones deportivas
ya que sirven para drenar campos de golf o campos de césped en general. Por
eso, dice, “desde el 113 se apuesta por dar salida a esta situación ya que las
aplicaciones y la posible comercialización de sus productos es factible con el
fin de seguir teniendo actividad además de las propias relacionadas con la
fabricación de materiales cerámicos”.
De esta forma, la
Diputación Provincial actuará como “intermediador” para ponerse en contacto con
empresas del sector interesadas.
Además, desde la DPT y
el programa 113 se van a estudiar paralelamente líneas de ayudas a las que
pueden acogerse en otras instancias.
Finalmente, se ofrece a
los actuales propietarios de la mina, la empresa belga Sibelco Minerales S.A,
así como a los posibles compradores interesados, el asesoramiento profesional
de los tutores del 113 responsables de la comarca Comunidad de Teruel. “La idea
es no dejar caer una actividad que creemos puede ser todavía rentable y por lo
tanto factible para esta comarca, motivo por el que hemos remitido a los
tutores del 113 para que enfoquen la cuestión desde su perspectiva
profesional”.
Riodeva, con apenas 150
habitantes, ha logrado subsistir en los últimos años gracias a esta mina de
sílice y caolines de la que en 2017 dependían 20 puestos de trabajo directos y
un número bastante notable de puestos indirectos no solo en la localidad sino
también en poblaciones de su entorno. En mayo de 2017 ya se evitó el cierre de
estas instalaciones tras llegar a un acuerdo que pasaba por reducir un turno de
trabajo.
A pesar de ello, el
cierre ha llegado como inevitable de tal forma que la mediación y el trabajo de
búsqueda de alternativas que inicia ahora la DPT podría convertirse en la única
esperanza de futuro.
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