Riba-roja de Túria acogerá el primer centro de ‘criopreservación humana’ de Europa
Antes de que termine
este año la empresa valenciana Cecryon tendrá operativo el que será el primer
centro europeo de criopreservación humana, esto es, la congelación de las
personas tras la muerte. Esta empresa funciona como una funeraria y tiene sus
instalaciones junto al cementerio de Riba-roja de Túria.
Allí pretenden comenzar
a "congelar" a sus clientes una vez legalmente muertos a temperaturas
cercanas a los 200 grados bajo cero con el objetivo de que el cuerpo no se
deteriore y que en el futuro, cuando las tecnologías permitan recuperar el
cuerpo vitrificado y curar la enfermedad que le causó la muerte, pueda ser
recuperado con plena viabilidad biológica.
Albert Estrada es el
director médico de Cecryon y explica a la SER que van a utilizar la misma
técnica que la vitrificación de óvulos, aunque a gran escala, que los cuerpos
se colocarán en criocápsulas repletas de nitrógeno líquido, algo así como
termos gigantes que mantienen la temperatura en condiciones óptimas.
Para llevar a cabo esta
técnica es imprescindible que el cuerpo sea tratado justo en los minutos
después de su fallecimiento, para evitar daños cerebrales o vasculares y el
deterioro de las células. Por eso, está destinado para muertes previstas,
especialmente motivadas por enfermedades incurables a día de hoy.
Actualmente la
tecnología no permite recuperar a la vida un cuerpo humano congelado, pero sí
óvulos y órganos de pequeño tamaño, como ovarios de oveja y riñones de conejo.
Algo que se ha conseguido en apenas tres o cuatro décadas, con lo que confía en
que en un futuro relativamente cercano la ciencia mantenga este avance
exponencial y pueda llevarse a cabo.
Estrada reconoce que en
Estados Unidos ya existen varias empresas que ofrecen este servicio. Se calcula
que allí unas 400 personas ya han sido congeladas, pero en Europa hasta el
momento nadie oferta esta posibilidad. Asegura que no existe ningún problema
legal al respecto y que su coste es relativamente económico. Todo el proceso de
criopreservación y el mantenimiento durante 100 años cuesta unos 200.000 euros
más IVA, un montante que también incluiría el gasto que suponga la
reintegración en la sociedad del usuario si se consigue que despierte en el
futuro.
Dos personas ya han
contratado sus servicios, también los miembros de esta compañía, aunque todos
esperan tardar mucho tiempo antes de necesitar ser criopreservados.
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