Los drones comienzan a vigilar los yacimientos arqueológicos valencianos para evitar posibles expolios


+ TURIA | La unidad del Cuerpo de Policía Nacional adscrita a la Comunitat Valenciana ha comenzado a utilizar drones en la vigilancia de yacimientos arqueológicos, con el objetivo de evitar los expolios
La unidad del Cuerpo de Policía Nacional adscrita a la Comunitat Valenciana ha comenzado a utilizar drones en la vigilancia de yacimientos arqueológicos, con el objetivo de evitar los expolios que derivan en el tráfico y venta ilegal de piezas de gran valor.

En 2017, el grupo de Patrimonio Histórico de la Policía autonómica recuperó hasta 1.400 piezas expoliadas en yacimientos arqueológicos de las comarcas de la Serranía y el Camp de Túria, entre ellas monedas de gran valor histórico de época ibérica, romana, moderna y contemporánea, e incluso un excepcional bozal de caballo de bronce sustraído del yacimiento La Cua II, en la localidad valenciana de Llíria, detalla la Generalitat en un comunicado.
Los agentes encargados de patrimonio realizaron el año pasado un total de 277 inspecciones en yacimientos arqueológicos, también a través de vuelos en helicópteros en zonas de difícil acceso.
A partir de ahora, "con la utilización del dron será más fácil acceder a estas zonas complicadas e incrementar y actuar con más eficacia en la lucha contra estas prácticas ilegales", ha destacado el jefe del grupo de Intervención en Emergencias, Luis Martínez Curto.
Para ello, la Policía de la Generalitat cuenta con un dron de última tecnología que no solo se utilizará para vigilar yacimientos arqueológicos, sino también, desde el grupo de Medioambiente, para impedir vertidos contaminantes e ilegales en ríos, atentados contra el patrimonio natural o robos en el campo.
Búsqueda de desaparecidos y vigilancia de eventos
La Policía autonómica pondrá también su dron al servicio de la búsqueda de personas desaparecidas, vigilancia en grandes eventos con afluencia de público e incidentes relacionados con las emergencias en incendios forestales o inundaciones.
En los servicios con drones participan cuatro agentes: el controlador o piloto, un observador y una patrulla conformada por dos policías. Antes del vuelo, los efectivos llevan a cabo un trabajo de campo o reconocimiento de la zona para afianzar la seguridad del aparato y cualquier incidente imprevisto de seguridad relacionado con las personas.
En concreto, el piloto y el observador se ocupan principalmente de la efectividad del vuelo en cuanto a localización de objetivos y avistamiento; por ejemplo, de alguna ave o cualquier otro obstáculo que interfiera el vuelo del aparato, como cableados u otros drones.
Si a través de las imágenes captadas por el dron, en cualquier momento del vuelo, se detecta una actividad fraudulenta, la persona que pilota --como directora de la operación-- ordena a la patrulla acudir a lugar de los hechos y transmite las coordenadas para identificar a los posibles responsables.
Por todo ello, el responsable del grupo ha señalado que "el dron es una herramienta fundamental, con muchas posibilidades, y la Policía autonómica siempre procura dotarse de los elementos indispensables para que el ejercicio de sus funciones sea lo más eficaz posible".

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