Una piedra cae desde una pared de 100 metros de alto en Libros y atraviesa dos plantas de una casa
+ TURIA | La vivienda estaba vacía en ese momento
por lo que no hay que lamentar daños personales
La caída accidental de
una roca de unos 50 kilos de peso sobre el tejado de una casa de veraneo en
Libros –vacía en ese momento– durante las obras de instalación de una vía
ferrata ha puesto de relieve el riesgo que entraña residir al pie de una
montaña.
Tal como informa el diario Heraldo, la Piedra Grajera, como se conoce en el pueblo a esta pared
vertical de más de 100 metros de altura, parece proteger y amenazar a partes
iguales a esta localidad surgida a su abrigo que cuenta con apenas 100 vecinos
censados.
La roca desprendida
atravesó dos de los tres pisos de la vivienda. Entró por el techo como un
proyectil y cruzó el suelo que separa la segunda de la primera planta rompiendo
una viga de madera y todo lo que encontró a su paso. El bloque, del tamaño
aproximado de una silla, se quedó incrustado en el suelo del primer piso, donde
se sitúa la cocina, bajo el cual aún está la planta baja.
Según explica el alcalde
de Libros, Raúl Arana, la piedra no estaba bien sujeta, por lo que los
operarios de la empresa que construía la vía ferrata hace unos 20 días
decidieron soltarla y dejarla caer hasta el suelo para evitar problemas. Sin
embargo, en su trayectoria, el bloque chocó con un saliente,rebotando y
acabando en el techo de la casa. Arana señaló este martes que la compañía
aseguradora de la entidad "se está haciendo cargo de todo y el problema ya
está en vías de solución".
"Si estoy allí, me mata"
"Si estoy allí, me
mata", señala muy afectada Josefina Domínguez, la propietaria de la casa
dañada, que vive en Barcelona desde que dejara Libros cuando era una niña, pero
acude a esta localidad turolense durante los meses de verano y fechas
vacacionales. Relata que el pedrusco le ha hecho "grandes destrozos"
en el inmueble. "Me ha roto toda la casa, las habitaciones de dormir que están
arriba y la cocina, que está abajo; incluso el suelo de esta última se ha
rajado", se lamenta.
La mujer añade que la
roca, debido a su peso y a la gran altura desde la que se precipitó, debió
bajar a gran velocidad, ya que le ha abierto un boquete en el tejado de considerables
dimensiones. Josefina Domínguez pide al Ayuntamiento que estudie la posibilidad
de colocar una malla metálica de arriba a bajo en la montaña, para evitar que
caigan nuevas piedras. "Me encanta ir al pueblo, pero ahora tengo mucho
miedo. Este verano, si empiezan a ir escaladores por la vía ferrata, pueden
caer más piedras", advierte. LEER ARTÍCULO COMPLETO
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