El insecto vector del Huanglongbing (HLB) ya está en cítricos de Lisboa y se teme que llegue a España

+ TURIA | El HLB causa un rápido debilitamiento de los árboles y acaba provocándoles la muerte en pocos años
LA UNIÓ de Llauradors ha dado la voz de alarma. El insecto vector de la Trioza erytreae, propagador de la devastadora enfermedad del Huanglongbing (HLB), se encuentra ya presente en las plantaciones citrícolas próximas a Lisboa, don­de ha ido avanzando con gran rapidez y de forma incontenible, según ha podido conocer la organización del propio Ministerio de Agricultura luso.

Efectivamente, el psílido africano capaz de portar la bacteria que desencadena el temido Citrus greening ha sido hallado 220 km más al sur del último foco conocido en julio, situado en los municipios de Aveiro y de Vago (más próximos a Oporto) y se ha desplazado hacia la zona de influencia de Lisboa. Concretamente, la Trioza erytreae -que es considerada en sí misma como una plaga de cuarentena, aunque secundaria comparada con el propio HLB, aún no presente en Europa ha sido confirmada recientemente en el municipio de Almada, con lo que la zona demarcada en torno a este foco ya incluye buena parte de las primeras plantaciones citrícolas comerciales portuguesas de la zona del Valle del Tajo.
Así, la organización agraria informa de que el citado vector ha dejado de localizarse sólo en jar­dines o propiedades particulares, como hasta ahora y se encuentra ya dentro o a sólo unos kilómetros de una zona con más de 1.500 hectáreas plantadas, de naranjas fundamentalmente. Tal ubicación deja pues el foco más cercano, a escasos 190 km de las primeras plantaciones españolas de cítricos, las de la provincia de Huelva (la segunda en relevancia de Andalucía, con alrededor de 19.000 ha) y a sólo 170 km de la principal productora de agrios del país vecino, el Algarve, con otras 14.600 ha.
Tan amenazante como lo anterior, fundamentalmente para el país vecino, es el hecho de que, más al norte, se haya extendido la zona infectada ya conocida de la zona de Aveiro, con tres nuevos focos detectados desde julio en los términos de Oliveira do Barro, Anada y Figuera da Foz, cuyas respectivas zonas demarcadas (donde se aplican medidas cuarentenarias) se ubican a escasos kilómetros de Coimbra -en la región centro- que es la principal zona viverística del país, con 1,2 millones de plantas producidas.
La situación es, en términos de seguridad fitosanitaria, tan crítica que las autoridades portuguesas ya han regulado las condiciones en las que sus viveros de cítricos tendrán que operar pa­ra ser considerados, desde el pasado 1 de enero, co­mo libres de este insecto y por tanto no sufrir las restricciones que se han impuesto para frenar su expansión, según explica LA UNIÓ. Tales medidas pasan por el aislamiento, mediante cubiertas que garanticen la bioseguridad de todos los plantones a lo largo de todo su ciclo ve­getativo, de las plantaciones de los viveros de cítricos.
La plaga está en pleno proceso de expansión en la Península Ibérica desde que fuera detectada en Galicia en 2014 y avanza con un gran potencial invasivo por el país vecino. Antes de verano, el insecto se expandía sin interrupción por todo el litoral atlántico desde Galicia hasta la mencionada zona de influencia de Oporto.
Asimismo, LA UNIÓ recuerda que entre septiembre y noviembre, se detectaron hasta seis nue­vos focos: los tres ya mencionados vecinos de los ya conocidos (Oliveira do Barro, Anada y Figuera da Foz) más otros tres -mucho más al sur- que han roto la línea de continuidad en la expansión geo­grá­fica man­te­nida hasta el momento (Alcoraca, Sintra/Cascais y Almada). Este último hecho, en tanto las nuevas lo­ca­lizaciones superan ampliamente la capacidad de vuelo o de propagación por el viento del insecto, ani­ma a pensar que la contaminación se ha producido como consecuencia del traslado de material ve­getal infectado.
La organización agraria alerta de que en algunas potencias citrícolas mundiales, como es el caso de Estados Unidos, Méjico o Brasil, el HLB ha causado ya pérdidas millonarias e incluso amenaza la propia subs­istencia del sector pues no tiene cura conocida. Todos los ex­per­tos en la materia alertan que la citricultura es­pa­ño­la hace frente a la ma­yor ame­naza desde la enfermedad de la Tristeza de los cítricos, que arrasó bue­na parte de nues­tras plantaciones a finales de la década de los 50 y los 60. En todos los casos, desde la irrup­ción del vector, la llegada de la enfermedad (de la bacteria, aún no presente, se reitera) ha sido sólo cuestión de tiempo.
El HLB causa un rápido debilitamiento de los árboles, que acaba provocándoles la muerte en pocos años, va acompañado de una pérdida del potencial productivo de las parcelas desde los primeros años de la infestación.
LA UNIÓ ha trasladado al Ministerio y Conselleria de Agricultura la necesidad de hacer de la investigación, control, vigilancia de este vector o de su enfermedad una “cuestión de Estado”.
En este sentido recuerda que, si una administración no hace correctamente la tarea de inspección y como consecuencia de su negligencia produce un daño, de forma particular se puede pedir responsabilidad patrimonial y que se indemnice al afectado, tal y como se regulan tanto en la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas como en la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público y en esta línea, LA UNIÓ asesorará y defenderá los intereses de los agricultores ante las administraciones que hagan dejadez de sus funciones y permitan la infestación de nuestra citricultura.
De igual ma­ne­ra, la organización pude a los agricultores que extremen las precauciones, comuniquen cualquier caso de sospecha y evi­ten recurrir a material vegetal que no disponga del certificado fitosanitario.

Por otro lado, también reclama a las autoridades que se estudien fórmulas para financiar el coste de la ne­cesaria reconversión y aislamiento de todos los viveros de cítricos del país, que deberían dejar de producir al aire libre

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